Si alguien pensó que después de 70 días de plantón permanente (del 13 de abril al 21 de junio) y de siete pláticas con el Gobernador, la Coalición de Trabajadores de la Educación de Coahuila se disolvería, se equivocó porque la organización está de pie pugnando por conservar y recuperar lo que en materia de seguridad social la ley les reconoce.

La Coalición considera que después del plantón hubo avances mínimos pero no soluciones permanentes y satisfactorias a los problemas. Esto porque Rubén Moreira firmó compromisos que incumplió, de manera que el Servicio Médico y la Dipetre avanzan en sus respectivas crisis.

Este mes, la Coalición comenzó una campaña de volanteo y perifoneo por diversas colonias de la ciudad para informar a la ciudadanía sobre los agravios que los trabajadores de la educación –afiliados a la Sección 38, los de la UAAAN y de la UAdeC– afrontan y que son cada vez más graves. A los derechohabientes se les descuentan con toda regularidad sus aportaciones y ¿a dónde van éstas? La mayor parte se va a las nóminas de las administraciones del Servicio Médico y de la Dipetre; el resto es una cuestión sin respuesta porque la rendición de cuentas no existe, es una bufonada.

Como bien lo informó ayer VANGUARDIA, la Dipetre reinició una campaña de intimidación hacia los trabajadores amparados que pretenden jubilarse y los que buscan ascensos o cambios dentro del sistema magisterial, condicionándoles ese derecho a que renuncien a la demanda de amparo. De manera que algunos sí lo han hecho. Es ilegal la negativa de la Dipetre a realizar los trámites de la jubilación. Por ello los de la UAAAN que están amparados se han estado jubilando.

La administración de la Dipetre maneja el discurso de que el exceso de jubilados ha elevado exageradamente el déficit de la Dirección. Por ello, dicen, es urgente subsanar las finanzas. ¿Cómo? Es obvio que lo que requieren es dinero, pero no explican: ¿qué es lo que han hecho con las aportaciones de toda la vida laboral de los jubilados y las de los derechohabientes actuales? 

La pregunta sobra porque es vox populi que la Dipetre ha sido la más eficiente caja chica electoral y, con la megadeuda encima, más falta hace. Aunque ahora que la federación se compadeció de Coahuila asignándole mil millones más de presupuesto para el 2017, quizá se asignen recursos para subsanar el Servicio Médico y la Dipetre. Oh, eso no será posible: será año electoral y la prioridad es asegurar la compra del voto; de ahí que la generosidad de la federación tenga una intención nítida: Coahuila para el PRI, cueste lo que cueste, tú pagas, ciudadano. Y al magisterio que le sigan aplicando terapia de shock. Los que aguanten, bien; los demás que descansen en paz. Es la tiranía del Gobierno actual con sus políticas de choque. 

La Coalición está dando a conocer esta problemática y exige: atención profesional, integral, oportuna y permanente (¡las enfermedades no descansan, no hacen puentes ni toman vacaciones!); equipo y material profesional en quirófanos, laboratorio, rayos x y dental; entrega oportuna y permanente de medicamentos, no provisional como ahora; eliminar cuotas injustificadas, pagos adicionales por servicios subrogados, copagos y coaseguros (las cuotas que aportan son de por sí exorbitantes).

Pensiones dignas y seguras, administración eficiente, honesta y fin al corporativismo de los líderes de la Sección 38 en la Dipetre y el Servicio Médico, leyes equitativas que no dañen al trabajador y auditorias externas.

Hay dinero para comilonas y bacanales, como la que organizó Miguel Riquelme en Torreón, el delfín del “moreirato” para la elección de 2017. Pero para el derecho a la salud de los trabajadores y los jubilados del magisterio, nada.