ESTIMADA ANA:
Mi esposa y yo todo el tiempo discutimos, a veces por cosas realmente importantes y otras más por tonterías y cosas insignificantes, la cuestión es que por cualquier cosas peleamos y no estamos de acuerdo prácticamente en nada.

La situación cada día que pasa se vuelve insoportable. Tenemos 3 hijos de los cuales, dos de ellos son adolescentes, por lo que muchas de nuestras diferencias son precisamente por la educación y formación que les estamos dando.

Ella es demasiado permisiva y yo no estoy de acuerdo. Para mí, los tres niños deben de tener reglas, responsabilidades y obligaciones en la casa independientemente de sus edades y el lugar que ocupen en la familia, ya que esto les permitirá irse formando hábitos que les servirán a la hora que comiencen sus estudios profesionales y posteriormente estén en alguna empresa.

Además, como en la mayoría de las familias, hay ocasiones en que las cuestiones económicas se vuelven complicadas y es inevitable que haya diferencias entre nosotros por ese motivos, pues ella, a pesar de que en ocasiones la quincena no alcanza, no deja sus gastos en cosas innecesarias.

Platicamos hace unos días y yo le proponía acudir a alguna terapia de pareja, pues la verdad es cada vez más complicado entablar una comunicación cordial y realmente me interesa nuestro matrimonio, no quiero que esto termine por tantas discusiones entre nosotros.

Ella nuevamente reaccionó negativamente ante mi proposición, me dijo que soy yo el culpable de tantas discusiones, que era yo quien debería de comenzar a tomar una terapia y que después, cuando yo cambie mis actitudes, ella irá conmigo a una de pareja.

Yo no creo que sea solo yo el del problema y por lo mismo me gustaría que los dos acudiéramos con un especialista, pero tampoco sé si yo estoy en lo correcto, me siento confundido y desorientado, créame que yo soy el principal interesado en resolver los problemas entre nosotros pero veo que ella no quiere cooperar. ¿Qué puedo o debo hacer?

Gustavo
 
ESTIMADO GUSTAVO:
Efectivamente, aquí el problema principal es de comunicación y mientras no logren llegar a un acuerdo sobre las cosas en las que hay diferencias, las cosas podrán complicarse cada vez más.

Y entiendo en cierta parte su actitud protectora o permisiva, la mayoría de las mamás solemos ser así y la mayoría de las veces nos cegamos ante este tipo de situaciones.

Quisiéramos ser siempre las que resolvemos los problemas que tienen nuestros hijos, incluso hay casos de madres que siguen sobreprotegiendo a sus hijos adultos y a veces hasta casados.

Para los esposos es difícil de entenderlo, pero eso no significa que no tengan razón, simplemente que son formas distintas de pensar. Por otra parte, opino que tu esposa es realmente afortunada al tener un esposo preocupado por el bienestar como familia y sobre todo interesado en que la relación de pareja funcione en óptimas condiciones.

Acudir a una terapia de pareja sería lo mejor, lo óptimos siempre y cuando ambas partes estén de acuerdo, pues su finalidad principal es que ese canal de comunicación de abra y los dos puedan expresar su sentir, las cosas en las que están y en las que no están de acuerdo y de esta manera las cosas a nivel familiar y de pareja fluyan de la mejor manera y puedan ir descubriendo las necesidades del otro.

Te aconsejo que si lo consideras oportuno, acudas a una terapia mientras ella se convence a ir.

ANA