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De vuelta al oeste con ‘Los Siete Magníficos’
Los westerns eran muy diferentes antes. Según el director Antoine Fuqua, antes todos los vaqueros eran blancos, los indios salvajes y las mujeres damiselas en peligro. Pero eso está a punto de cambiar con su propia versión de “Los Siete Magníficos” (“The Magnificent Seven”), una oportunidad única para él, que tanto amor le tiene al género. Todo un clásico que él vio cuando era niño y le encantaban estas películas. En ese sentido, intentó dejar de ser adulto y si acaso hubo una idea que su película cambió fue la variedad racial en sus siete protagonistas. Y de esta manera, el festín de remakes que puebla la actualidad de las grandes producciones de cine sigue su curso, en esta ocasión hacia un mundo lleno de polvo, sol, caballos y forajidos.
Pero tampoco crea que la cinta original, estrenada en 1960, era del todo original. Aquella ya es en su propia forma una nueva versión de “Seven Samurai” (1954) de Akira Kurosawa. Claro, con el consabido crédito de originalidad, al cambiar a los siete ronin del legendario director, quienes son contratados por un pueblo para defenderlos de unos bandidos. Para la versión norteamericana, en vez de espadas fueron pistolas, pero el principio era el mismo: siete hombres hábiles que se unen para defender un pueblo de criminales. La cosa es que ellos llevaban sombrero y andaban a caballo. Así nació “Los Siete Magníficos”, una cinta que resaltaba sobre todo por su elenco: Yul Brynner, Steve McQueen, Charles Bronson, Robert Vaughn, Brad Dexter, James Coburn y Horst Buchholz.
NUEVOS MAGNÍFICOS
Bajo la dirección de John Sturges, aquella cinta se volvió un clásico dentro de su propio género, sin quitarle respeto a la obra de Kurosawa. Fue entonces cuando un muy joven Antoine Fuqua iba a casa de su abuela a ver estas películas de vaqueros. “Yo crecí amando los westerns”, platicó a The Hollywood Reporter. “Solía ver esas películas con mi abuela y mi mamá. Eso era lo nuestro: ver westerns, en especial ‘Los Siete Magníficos’. Mi abuela amaba a Yul Brynner. Pero también esa película fue la primera vez que vi que en el cine querían lidiar con los prejuicios. La primera vez que vi a Yul Brynner y a Steve McQueen, decidir enterrar a los nativos americanos en el panteón, sin ninguna razón más que hacer lo correcto. Recuerdo que eso tuvo un profundo efecto en mí. Y eran los tipos más geniales que jamás había visto”.
Viajemos al futuro y el ahora director de cine está al mando de una nueva versión de esa historia. Ya tiene una carrera más o menos larga y “Los Siete Magníficos” viene a ser su tercera película con Denzel Washington. Primero fue “Training Day” (2001) y luego “The Equalizer” (2014), ahora lo ha convertido en el líder de este grupo de vaqueros, los cuales se completan así: Chris Pratt como un apostador, Ethan Hawke como un gran tirador, Vincent D’Onofrio como un cazador, Byung-hun Lee como un asesino, Manuel Garcia-Rulfo como un forajido mexicano y Martin Sensmeier como un guerrero nativo americano.
Lo que inmediatamente resalta son el actor de surcoreano Byung-hun Lee, el mexicano Garcia-Rulfo y el nativo americano Sensmeier, eso sin contar que el grupo es liderado por un afroamericano. Así se concreta la idea que Fuqua tenía de tener variedad racial. “Siempre eran blancos”, dijo refiriéndose a los vaqueros en entrevista con Maxim. “Los nativos americanos eran retratados como salvajes, las mujeres eran todas objetos, los mexicanos trabajadores. Pero así no era el oeste. Quien haya hecho su tarea sabe que el oeste era un lugar bastante difícil y salvaje. Gente de todos lados estaban ahí, y mientras estuvieras ahí debías ser un tipo duro. Pero también quería que la cinta reflejara el mundo en que vivimos hoy, más diverso y más interesante”.
Pero con todo y ese cambio, el director no quería modificar la esencia. Como explicó a Maxim, su cinta tiene el mismo punto que la de Kurosawa en el fondo. “La palabra samurái significa ‘servir’, la idea que debes servir a otros antes que a ti. Y a veces la gente que no puede protegerse, puede necesitar la ayuda de gente que pueda levantarse y ayudar. Y a veces eso te pone en riesgo de perder tu vida, que es el orden más alto del ser humano, poner a alguien más antes que tú. Es la versión más evolucionada de nosotros. Eso fue en parte la razón por la que quería filmarla”.
La otra parte, como se podrá imaginar, es que de niño le encantaban los westerns y eso jamás quiso que se perdiera. Para el cineasta, hacer un remake requiere de cierto respeto por la versión original. Aquella obra que la gente ama y que sería la razón principal por la que volverán a entrar al cine. Sobre todo tratándose de una cinta como esta, en tiempos en que los westerns ya no se hacen tanto. “Me la pasé recordándome cuando era un niño de 12 años”, dijo a Fuqua a The Hollywood Reporter. “Cuando era niño viéndola con mi abuela, ¿cuál era el sentimiento que tenía? ¿Qué tan divertido era? ¿Qué tan geniales eran? Para mí, siempre tuve a mi abuela en la mente al hacer una película. ¿Disfrutaría ella esta película?”