El Dalái Lama hizo un llamamiento en la sede del Consejo de Europa en Estrasburgo (Francia) para que "la cuestión del Tíbet siga presente", porque "queremos que China respete nuestra cultura y filosofía budistas".

Ante un auditorio compuesto por diplomáticos y funcionarios europeos, el Dalái Lama aseguró que "lo más importante no es la independencia, sino el bien común", al tiempo que agradeció a la UE y a la organización paneuropea de 47 estados el apoyo prestado.

Con un mensaje pacifista, laicista y a favor de la compasión, la tolerancia, el perdón y la autodisciplina, apostó por la sonrisa: "Me encanta sonreír, a veces la gente es muy seria", afirmó.

Así provocó las carcajadas y aplausos de los espectadores de su charla con preguntas, en especial, cuando aprovechó una cuestión para ponerse en la cabeza una toallita mojada en agua fría para combatir el calor.

Otro de los momentos más aplaudidos se produjo cuando invitó a la embajadora del Movimiento contra el discurso del odio, la parlamentaria luxemburguesa Anne Brasseur, a que le pusiera en su túnica roja el pin de la campaña.

El Dalái expresó su temor de que en el siglo XXI "se pueda reproducir lo que pasó en el anterior", en referencia a las guerras mundiales, y criticó la cultura "muy materialista" de Occidente.

Ahí, añadió, "la educación es un factor clave" y reveló que trabaja en un documento donde defiende que "en la escuela hay que hablar con compasión y bondad".

El Dalái Lama resumió en tres sus compromisos: el sentimiento de unidad para todos los seres humanos; como budista, buscar la armonía entre las religiones; y como tibetano, defender la cultura de la no violencia.

El líder espiritual tibetano mantuvo reuniones con el secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland; el presidente de la Asamblea Parlamentaria de la organización, Pedro Agramunt; y el comisario de Derechos Humanos, Nils Muiznieks.

Ovación al Dalái Lama en la Eurocámara

Los eurodiputados de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo (PE) dedicaron una gran ovación al Dalái Lama y mostraron su apoyo a la causa tibetana, tras un debate en el que el máximo representante del budismo defendió la democracia, la unidad y el respeto mutuo.

"Cuando se habla del problema del Tíbet siempre me remito al espíritu de la Unión Europea (UE), que admiro mucho. Nosotros no queremos separarnos del pueblo chino. Nos parece que con ellos podemos resolver nuestro problema, en un espíritu de unidad", afirmó el líder tibetano ante los parlamentarios.

Tensing Gyatso, exiliado en la India y formalmente retirado de la política desde 2011, abogó por un discurso en favor de los valores de la democracia, que calificó como "el mejor de los sistemas", y en el que recordó que "los valores son más importantes que el dinero, y no pueden comprarse".

"Nuestra comunidad debe organizarse acorde con los principios de la democracia, porque es el mejor de los sistemas", subrayó en un discurso pronunciado en inglés con un tono distendido y en el que desplegó su sentido del humor, que hizo reír a los diputados.

"Tengo 81 años, pero si me miran ustedes seguro que les parezco un poco más joven", dijo el líder espiritual, quien bromeó con que no iba a explicar "su secreto" pero defendió la meditación para mantener la paz interior.

En su intervención, pidió a la UE que "pronuncie críticas constructivas necesarias" a China y que se implique especialmente con la ecología de Tíbet, en un diálogo con el país.

"Sigan las cosas sobre el terreno, el Gobierno chino necesita sus contribuciones", afirmó.

El Premio Nobel de la Paz de 1989, por su lucha pacífica a favor de la liberación del Tíbet, también habló del terrorismo y de la situación global del planeta tras el 11 de septiembre de 2001.

"Los aprendizajes budistas nos dicen que una vez uno se implica en una masacre no puede estar en la religión", recalcó.

Explicó que durante sus encuentros con musulmanes o cristianos ha aprendido el valor de "intercambiar experiencias profundas para entender el valor de otras tradiciones" y de destacar "los puntos comunes frente a las diferencias".

El Dalai Lama se reunió también con el presidente del PE, Martin Schulz, un encuentro en el que ambos debatieron sobre la situación política y de derechos humanos en el mundo, explicó el socialista alemán, quien agradeció al dalái lama su "honesta, abierta y espiritualmente enriquecedora y amplia conversación".

Schulz mostró su "preocupación por la situación de derechos humanos en tíbet", destacó que otorga "gran importancia" a las relaciones UE-China y consideró que este encuentro "no debería en ningún modo perjudicar esta relación", afirmó su portavoz.

El presidente de la comisión parlamentaria de Exteriores, el alemán Elmar Brok, afirmó que el dalái lama es "un gran dirigente religioso" y calificó su mensaje de no violencia como "muy importante para todos, sea cual sea nuestro credo”.