ESTIMADA ANA:
Soy una joven madre de familia, mis bebés tienen 2 y 3 años y medio. Como se podrá dar cuenta, los tuve en un lapso muy corto de tiempo. Mi vida cambió al tal extremo en que, de ser yo una feliz y “cómoda” recién casada, pasé a ser una mamá de tiempo completo… y hay veces en que siento que le faltan horas al día.

 Siempre soñé con tener hijos, al menos dos. Tengo 27 años y a pesar de que hay días en que ni siquiera me alcanza el tiempo para bañarme, soy la mujer más feliz, mi esposo y yo hemos formado una hermosa familia en muy poco tiempo. Mis hijos han venido a complementar muchos aspectos de mi vida, definitivamente pienso que llegaron en el momento perfecto y el tiempo me irá dando las herramientas para educarlos y criarlos de la mejor manera.  Le escribo todo lo anterior porque ahora que soy mamá, veo con otros ojos muchas cosas que pasan a mi alrededor, sobre todo lo relacionado a la crianza y educación de los niños.

 Lo que antes para mi, cuando era soltera, era “normal”, ahora me doy cuenta que no lo es tanto como parecía. Aspectos como el desarrollo del embarazo, decidir si es parto natural o cesárea, si tomará fórmula o leche materna, cual pediatra elegir, etc., son cosas que en mi vida me imaginé tomar en cuenta.  Algo que me sobrepasa es ver a jóvenes mamás, prácticamente de mi edad, acudiendo a compromisos o fiestas infantiles con una nana para que sea quien cuide a sus bebés y así, ellas poder estar a gusto platicando o conviviendo con las amigas.

 Muy seguramente esos niños son criados por sus “nanas”, sin temor a equivocarme podría asegurar que hasta duermen con ellos. Ya ve que se usa eso de que llevan al bebé a su propia recámara, como si tuviera 15 años.

 Y no es que quiera yo venir a dar clases de maternidad o cómo educar y criar a los hijos, pero es que a veces solo hace falta sentido común para comprender que los niños nos necesitan más de lo que nosotros pensamos y con mayor razón si son tan pequeñitos frente a un mundo tan infinito para ellos.

 Personalmente no me gustaría que mis hijos crecieran con la imagen de otra persona, que al crecer recordaran a la nana más que a mí o que llegue el momento en que esa conexión se pierda.

 Yo sé que hay ciertos casos en los que por necesidad la mamá tiene qué trabajar y si es así, lo ideal sería que ella misma encuentre la manera de equilibrar el tiempo con sus hijos, que exista un balance entre las horas que destina a sus ocupaciones y las horas que pasa con ellos.

 Conozco amigas y amigos que en su infancia pasaron muchas horas con el personal doméstico y que al llegar a ser adolescentes algunos de ellos se refugiaron en el alcohol, el cigarro y hasta las drogas y todo a causa de ese tiempo que les faltó junto a sus padres. Recuerdo perfecto cuando primero se quejaban de que sus papás no estaban y luego hasta gusto les daba y con tal de que les dieran dinero, no volvían a decir nada.

 Yo veo todas esas situaciones con mucha tristeza pero no pretendo juzgar a nadie por sus acciones, de hecho no es algo generalizado, solo quise externar mi opinión y así colaborar con un granito de arena para que quienes somos papás, sepamos equilibrar el tiempo con nuestros hijos y sobre todo que sea tiempo de calidad, en constante comunicación y sobre todo mucho amor. Gracias Ana, por el espacio, 

Karina
 

ESTIMADA KARINA:
Gracias a ti por escribirnos de tan bello tema como lo es la maternidad y la crianza con respeto. Te felicito por esa conciencia y esa madurez, por querer cambiar al mundo desde el núcleo familiar, te aseguro que es posible, sí se puede cuando hay una verdadera convicción. Que tengas una linda semana al lado de tu familia.
 
ANA