Aleksander Ceferin era un desconocido en la escena internacional hasta hace bien poco, pero mañana partirá como favorito para suceder a Michel Platini como presidente de la Unión Europea de Fútbol Asociado (UEFA), puesto al que también aspira el holandés Michael van Praag.

Pese a que no tiene experiencia en la élite dirigencial, el abogado de 48 años, presidente de la Federación Eslovena, cuenta con poderosos aliados como Rusia y Alemania. Según sus cálculos, 32 de los 55 miembros del ente rector votarán por él en el Congreso de Atenas.

El jefe del fútbol holandés es un hombre del riñón de la UEFA, miembro del Comité Ejecutivo y voz crítica frente a los escándalos de corrupción. A sus 68 años, sin embargo, sería un mandatario de transición, pues no podría presentarse a la reelección en 2019 por el límite de edad establecido a los 70.

"De Aleksander Ceferin esperamos una solución que garantice continuidad en la cima de la UEFA. Es importante que en los próximos años no tengamos otra vez discusiones sobre esta u otra persona", dijo el jefe de la Federación Alemana (DFB), Reinhard Grindel. "Además, pensamos que nuevos impusos desde fuera del Comité Ejecutivo son buenos", agregó.

Pero el apoyo a Ceferin de Alemania, que hace apenas dos semanas dio la espalda a Van Praag para respaldar públicamente al esloveno, se explica también por los juegos de poder en torno a la Eurocopa de 2024, a cuya organización aspiran los germanos.

El holandés tiene sólo apoyos aislados de Inglaterra, Bélgica o Islandia, mientras que su oponente cuenta entre otros con Francia, Irlanda, Portugal y gran parte de Europa del Este, incluida la Rusia del influyente y polémico Vitali Mutko, jefe de la federación, miembro del Consejo de la FIFA y ministro de Deportes.

Alemania recibió probablemente con alegría el deseo de Ceferin de que el torneo continental de 2024 se celebre en un solo país, después de la edición multinacional prevista para 2020. Coincidencia o no, el esloveno hizo esas declaraciones justo tras el apoyo público de la DFB.

Mucho antes, en junio, las federaciones de Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia, que estudian una candidatura conjunta para la Euro de 2024 o 2028, ya habían anunciado sorpresivamente su preferencia por Ceferin. Poco después, la prensa publicó que el abogado dio su visto bueno al proyecto para dentro de 12 años.

Otros informes hablaron de que un consejero del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, movió hilos en favor de Ceferin, y que Rusia, estrechamente ligada a Eslovenia, fue la fuerza motriz.

Difícil, en la opaca política del fútbol, descernir si se trata de indiscreciones interesadas o realidad, pero al menos Van Praag aprovechó las informaciones para enviar su mensaje.

"Si es verdad, estamos de nuevo en el camino en el que la vieja escuela hacía sus negocios en el mundo del fútbol. Eso es exactamente lo que quiero cambiar", advirtió el holandés. "Necesitamos un líder sincero en el fútbol. No un político hambriento de poder".

Además, Ceferin tiene a un viejo amigo como su compatriota Tomaz Vesel en una posición clave en la FIFA como jefe del Comité de Auditoría y Conformidad. El jurista Mark Pieth, que asesoró a la FIFA en su proceso de reformas para un mejor gobierno, lo consideró la situación como "nepotismo".

Ceferin rechaza las acusaciones e insinúa la existencia de una campaña difamatoria: "Para algunos periodistas es bastante difícil de comprender que un tipo de la pequeña Eslovenia pueda ser un candidato independiente".

Antes de la votación, muchos nostálgicos podrán despedirse de Platini. Pese a estar suspendido por un dudoso pago recibido del ex jefe de la FIFA Joseph Blatter, el legendario ex futbolista francés podrá despedirse con un discurso desde el estrado, algo que no gustó a todos.

"El Congreso de la UEFA debería quedar marcado por el programa del nuevo presidente y no por los errores del antecesor", dijo el jefe del fútbol alemán, Grindel.

La posición germana es sin embargo una excepción en el panorama internacional. Tampoco Ceferin marcó claramente distancias con el francés. "Platini hizo grandes cosas para las federaciones medianas y pequeñas y fue un líder carismático", dijo. "Pero si soy presidente, será diferente. Yo seré más como el líder de un equipo".