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¿A qué edad debes enseñarle a tu hijo de sexualidad?
Hace varios años, veía en la computadora de escritorio con mis hijos una caricatura hermosa: Caillou. Y a la mitad del capítulo, se interrumpió el video con una grotesca secuencia pornográfica de tres cuadros. Mi hijo mayor tenía tres años y le prestó más atención a mi grito de enojo y al golpe que di a la mesa que a la señora con el cuerpo desnudo (o al menos es eso lo que quise pensar). Lo que más coraje y tristeza me dio, fue darme cuenta lo difícil que sería evitar este tipo de ataques. Y es que nuestros hijos están expuestos a estas visiones pobres de la sexualidad humana: comerciales que venden sus productos con mujeres casi desnudas, letreros erotizados en la calle, canciones lascivas e irrespetuosas, entre muchas otras cosas.
De acuerdo a un estudio realizado por la aplicación de seguridad en Internet, Bitdefender (en inglés), el 95% de los niños han visto un contenido sexual no apto para su edad a los 11 años. Datos como este nos invitan urgentemente a los padres a prestar atención a este tema y a blindar la mente y corazón de nuestros hijos ante estos mensajes invasivos, grotescos y dañinos, no solo de pornografía sino de visiones poco éticas de la sexualidad.
Y ahora, ¿cómo llego ANTES?
¿Cómo llegar a nuestros hijos ANTES de que estos contenidos ensucien su mente y corazón? Comenzando a hablar del tema con delicadeza y verdad desde al menos los dos años, y especialmente cuando ellos demuestran interés en ampliar sus conocimientos al respecto. A la vez, es preciso reforzar hábitos y valores para protegerse y experimentar plenamente su sexualidad, a su ritmo.
¿Por qué el plazo de los siete años?
En mi país, México, es en cuarto año de primaria (aproximadamente a los 9 años) cuando el programa oficial incluye el tema del aparato reproductor femenino y masculino, y comienza a hablárseles a los pequeños formalmente de sexualidad en el sistema educativo. Por eso te sugiero que cuando muy tarde, tengas a los siete años de tu hijo esta plática "formal", en la que le expliques los cambios que su cuerpo está próximo a experimentar desde la visión particular y cuidada del tema que decidan tu esposo y tú.
Formar, no solamente informar
Uno de los problemas de la educación sexual de hoy en día es que se habla mucho de los ¿cómo se hace?, ¿cómo se evita?, ¿cómo se pone?, pero no se habla de los por qués ni de los para qués. Y esto es justamente lo que debes ir sembrando con tu pequeño o pequeña de los siete años: ¿para qué es la sexualidad?, ¿por qué hombre y mujer somos distintos?, ¿qué es la complementariedad?, ¿cómo surge la vida?, ¿qué es preciso tener o hacer como persona antes de procurar hacer vida en común con alguien? También es conveniente notar los roles que ellos miran en casa e invitarlo a aprender de ellos, mirar con naturalidad su curiosidad hacia su cuerpo, explicarle las diferencias psicológicas y emotivas entre los sexos.
¿De qué hablar con mi hijo?
Estas son algunas preguntas que puede tener tu hijo y que sería muy útil responderle:
¿Qué es la pubertad y qué significan los cambios en mi cuerpo?
¿Por qué el sexo me llama la atención?
¿Qué es adecuado que mire a mi edad?, ¿por qué es importante mi inocencia?
¿Cómo me defiendo de los ataques a mi pureza de corazón en medios de comunicación?
¿Cómo protejo mi cuerpo? ¿Debo exponerlo a cualquier persona?, ¿por qué no puedo bañarme con cualquier persona?
¿Qué hacer cuando me incomoda el trato de alguna persona o ésta se acerca demasiado a mí?
¿Cómo hablar con mi hijo?
1. Con seguridad
Platica con tu esposo sobre lo que desean compartirle a tu pequeño y prepárense bien para el diálogo. Si deseas buscar algún libro o hablar con especialista, hazlo, pero sobre todo, busca en tu interior: tú conoces mejor que nadie a tu hijo, y sabes qué debes compartirle y cómo. No necesitas ser experto en sexualidad, solamente ser un padre cercano que comparta un poco su experiencia y —si se da el caso— resuelva dudas junto con su hijo. Ellos no esperan que sepamos todo, y añoran en cambio que manifestemos interés genuino en su persona.
2. Con serenidad
Busca un momento y un lugar tranquilos, asegúrate de no tener interrupciones que limiten el diálogo entre tu hijo y tú de tal manera que la conversación termine cuando se agoten los puntos, no cuando sea imposible continuar.
3. Con verdad
Explícale con sencillez a tu hijo lo que consideres necesario que sepa, pero asegúrate de hacerlo con verdad. Imagínate qué frustrante para él sería darse cuenta que sus padres no le comparten las cosas como son por pena, miedo o falta de información. Y aquí ten mucho cuidado en dónde buscas información. Asegúrate que la formación en sexualidad que le darás a tu hijo se base en una concepción integral de la persona, donde la sexualidad es un instrumento para donarse a otro y no una sentencia casi animal para la promiscuidad.
Y ten calma, podrás tener muchas más conversaciones antes y después de esta primera y formal plática, y con eso, garantizarás el desarrollo integral de ese gran tesoro que te ha sido confiado.