La periodista mexicana Carmen Aristegui denunció hoy que está bajo "acoso judicial" desde que su equipo publicó en noviembre de 2014 un reportaje que revelaba negocios inmobiliarios de la familia presidencial con un empresario contratista del Estado.

"Nos está costando porque es una demanda tras otra. El camino está siendo pedregoso", dijo Aristegui a dpa después de dar a conocer la demanda más reciente. Sin embargo, "aunque estamos en este acoso judicial, el estar dando la batalla también nos refuerza", agregó.

Aristegui y la editorial Penguin Random House revelaron hoy que fueron demandados el 29 de mayo por daño moral por la familia Vargas, propietaria de MVS Radio. La causa es el prólogo escrito por Aristegui para el libro "La Casa Blanca de Peña Nieto: la historia que cimbró a un Gobierno", publicado el año pasado.

En el texto, Aristegui, que actualmente tiene un programa de entrevistas en CNN y el portal Aristegui Noticias, acusa a la familia Vargas de "derrumbe moral" y de haberla despedido a causa del reportaje, luego de sucumbir a "presiones y componendas" del poder.

La demanda se suma a otras tres que enfrenta la periodista, ninguna de ellas por parte del Gobierno. En ella se le exige a la reportera un resarcimiento económico por monto sin definir y a la editorial retirar el prólogo y presentar una disculpa pública.

Hasta ahora se han vendido 15.000 ejemplares del libro y hay al menos 5.000 en el mercado que se tendrían que retirar, en caso de prosperar la demanda. El caso podría llevar de uno a dos años, según el director editorial de la casa editora, Ricardo Cayuela.

Cuando salió a la luz, el reportaje de la "casa blanca" estremeció al Gobierno. Fue publicado en Aristegui Noticias, la revista "Proceso" y el portal "Sin Embargo".

El Gobierno rechazó las acusaciones. Y esta semana, 19 meses después, Peña Nieto pidió perdón a los mexicanos por la "irritación" que provocó el escándalo, aunque defendió la legalidad de sus actos.

El trabajo de investigación, premiado con el Premio Gabriel García Márquez de periodismo, reveló que la esposa de Peña Nieto, Ángélica Rivera, estaba pagando una mansión de siete millones de dólares al Grupo Higa del empresario Juan Armando Hinojosa, uno de los principales contratistas del Estado.

Después del reportaje, Rivera canceló la operación inmobiliaria y un órgano gubernamental hizo una investigación de seis meses que descartó que hubiese habido conflicto de intereses. Sin embargo, el Gobierno quedó golpeado y bajo sospecha.

Cuatro meses después Aristegui y su equipo fueron despedidos por MVS por otro motivo: el uso sin autorización del nombre de la empresa para sumarse a la plataforma de denuncias anónimas Méxicoleaks.

Aristegui sostiene que fue una represalia por el reportaje, algo que niegan tanto el Gobierno como la empresa.

Desde entonces la batalla ha continuado. Aristegui enfrenta dos demandas mercantiles y una por daño moral de la familia Vargas, así como una cuarta de un particular por el contenido de otra nota.

Este tipo de juicios "creo que están diseñados para esto: para que los periodistas se vuelvan locos, para que tengas que conseguir abogados, presentarse a citatorios. Es un circuito absolutamente desgastante", dijo Aristegui.

No obstante, "me siento fuerte porque creo que estamos dando una batalla que vale la pena, (ya que) está en riesgo nuestra libertad de expresión", señaló.

Aristegui quedó fuera de la radio mexicana y ahora preparara un proyecto por Internet. "Y estamos próximos a salir. Lo que pasa es que cuando dijimos 'ya estamos por salir' nos cayeron más demandas'. Así que mejor no hay que decirlo".