¡Échale huevos!

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¡Échale huevos!

Foto: Especial
¡Regresa a los básicos! Dale una vuelta rica y nutritiva al desayuno: pon manos a la obra y prepara omelettes versátiles y completos que te aportarán todos los nutrientes necesarios para que comiences tu día

 

CIUDAD DE MÉXICO.- No puedes hacer un omelette sin romper unos cuantos huevos, reza un proverbio francés  que alude al hecho de que  no puedes lograr algo sin hacer un esfuerzo. Definitivamente, a la gallina le costó  gran trabajo el poner un huevo y: Querida gallina, ¡muchas gracias!, pues nuestro desayuno se sentiría, tal vez, incompleto sin ellos. De la misma forma, una gran cantidad de platillos y bebidas quedarían a medias sin este noble  y sencillo amigo: el huevo.  

Si bien se estima que fue hace aproximadamente seis mil años que se domesticaron las primeras gallinas salvajes en Asía —principalmente en China e India—, el huevo como alimento ha acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, cuando éramos nómadas y vivíamos de la recolección y el pillaje.

En la antigua Roma,  por ejemplo, se consumían como un aperitivo, como lo narra la obra  Satire del poeta romano Horacio: Ab ovo usque ad mala, que quiere decir: “desde el huevo hasta las manzanas”, una  frase que hace referencia a los tiempos dentro de una típica comida romana, que comenzaba con el aperitivo —huevos— y finalizaba con frutas de postre, como la manzana. De acuerdo con la historia culinaria, se puede encontrar evidencia  que la  gente los comenzó a usar también como ingrediente en los panes y pasteles en la antigua Roma y Egipto. Poco a poco, se comenzó a diversificar las formas de preparación de acuerdo a sus necesidades:  por ejemplo, para conservarlos por más tiempo se curaban en salmuera o vinagre, e incluso en China a los huevos fermentados se les conocía como fermentados por “mil años”.        

Al estilo francés
Si bien como ya mencionamos anteriormente, existen múltiples formas de hacer, comer y disfrutar de los huevos, llámese estrellado, revuelto, tibio o duro,   el omelette se posiciona como una  de las formas más clásicas de prepararlo, pues se puede acompañar de una amplia variedad de ingredientes que se ajustan a los gustos personales: lácteos, vegetales o carnes frías, completan este platillo tan versátil, ideal para comenzar una mañana llena de energía.  

De acuerdo con el libro The Oxford Companion to Food (1999), del escritor culinario Alan Davidson, la palabra omelette encuentra su origen en el idioma francés y comenzó a utilizarse desde el siglo XVI. Davidson rastrea y encuentra el origen del omelette hasta la antigua Persia. También explica que hay registros de su existencia en Roma, donde se le agregaba a su preparación  productos lácteos para la elaboración de platos dulces.

 Aunque la palabra sea francesa, el concepto de omelette cruza fronteras y es mucho más antiguo. La historiadora alimentaria británica Constance Anne Wilson describe  en su libro Food and Drink in Britain from the Stone Age to Recent Times (1973),   la versión inglesa del omelette —llamado herbolace—, el cual se preparaba con hierbas y huevos y fue popular hacia el siglo XIV.

Anatomía de un huevo
Así como lo vemos tan pequeño, un huevo de gallina representa una excelente fuente de  proteína y otros  nutrientes: es poseedor de  70 calorías, 13 vitaminas (B12, B1 y B2, A, D, E, entre otras) y minerales, como el hierro, el potasio y el magnesio; nueve aminoácidos esenciales, ácido fólico y seis gramos de proteína de alta calidad. Contrario a ciertos estigmas a los que se enfrenta su consumo, incluir huevo en la dieta ayuda a cubrir necesidades nutrimentales tanto en  niños como en adultos. Pero ten cuidado: la ingesta recomendada para un adulto con una actividad física moderada es de dos a seis huevos por semana; además, procura prepararlo en porciones de una o dos unidades.  

Para aquellos que sufren de colesterol alto o enfermedades cardiovasculares, en últimos años se ha comprobado que consumir un huevo al día no tiene efectos sobre los índices de colesterol en la sangre, pues la lecitina que contiene la yema reduce la absorción intestinal del colesterol en nuestro organismo. Por otro lado, cabe destacar que el huevo es una fuente importante de ácidos grasos monoinsaturados, Omega-3 y antioxidantes, componentes que favorecen la prevención de la arterioesclerosis. 

Como sea que los disfrutes no te olvides de echarle muchos huevos a tu desayuno. En este número te presentamos  recetas fáciles, rápidas y  saludables  para prepararse en cuestión de minutos. Llena de sabor y color tu día, y recuerda que en la cocina tu imaginación es el límite. 

Proteínas
La proteína del huevo es considerada como patrón de referencia para comparar nutricionalmente a las demás.

Grasas buenas
Las grasas que predominan en el huevo son ácidos mono y poliinsaturados (principalmente acido linolénico-Omega 3).

 

Foto: Especial

¿Y para el desayuno? croque madame

El huevo no es aburrido, es cuestión de ingenio para que tome diversidad en sabor y textura. Para lograr un estrellado perfecto, se requiere de cierta maestría para alcanzar una yema tierna, líquida en su interior con una clara blanca y suave. A la mayoría le gusta reventar la yema con el tenedor para ver como corre por el plato. Esto se acompaña generalmente con pan tostado, tiras de tocino, salsas y hasta caldito de frijol.

De un par de blanquillos puede resultar una obra de arte, como los huevos benedictinos, los huevos rotos y el croque madame, tres desayunos con los cuales nos podemos consentir cuando hay el tiempo para prepararlos o cuando tenemos la fortuna de estar en un restaurante que los tengan en su carta. El croque madame es una especie de sándwich al grill con salsa bechamel, queso (gruyere o emmental), mostaza Dijón y jamón que se remata con un huevo estrellado encima.

Este majestuoso desayuno deriva del croque monsieur, un sandwich que surgió accidentalmente. Se cuenta que un trabajador dejó su emparedado de jamón sobre el radiador y después de un rato, el pan se tostó y el queso se fundió. Fue tan grata sorpresa que llegó a oídos de los cocineros y comenzaron a replicarlo, en especial en la calle parisina Boulevard des Capucine. Esto fue admirado por el escritor Marcel Proust quien en su novela A la sombra de las muchachas en flor mencionó al croque monsieur:

...ahora bien, al salir del concierto, como, al reanudar el camino que va hacia el hotel, nos habíamos detenido un momento sobre el muelle, mi abuela y yo, para intercambiar algunas palabras con la Señora de Villeparisis que nos anunciaba que había solicitado para nosotros en el hotel unos «croque-monsieur» con huevos a la crema…

Sesenta años después, el croque monsieur integró el huevo estrellado. De acuerdo a la leyenda popular, esta variante vista desde arriba se asemeja al sombrero de una mujer. Este desayuno siguió una evolución; de acuerdo al país al que llegaba nuevos ingredientes fueron integrados en la receta:

>  Croque poulet: pollo en lugar de jamón.
>   Croque provencal: rodaja de jitomate.
>  Croque auvergna: queso regional de la región francesa de Auvernia.
>  Croque gagnet: queso gouda.
>  Croque norveigen: salmón ahumado que sustituye al jamón.
> Croque bolognese: salsa a la boloñesa.

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Omelette verde

Tiempo: 20 minutos
Rinde: 2 porciones
Ingredientes
4 huevos grandes
2 cdtas de agua
1 cdta de mantequilla
c/s de sal y pimienta
1/4 de tza de queso manchego rallado
1/4 de tza de hojas de espinaca baby
1/4 de tza de jamón en cuadritos
2 cdas de cebolla blanca fileteada

Procedimiento
> En un bowl bate los huevos y el agua hasta romper la clara. Incorpora a la mezcla los cubitos de jamón y salpimienta al gusto. Reserva.

> En un sartén pon a calentar la mantequilla, asegurándote de cubrir bien la superficie del sartén. Una vez caliente, vierte la mezcla del huevo de manera uniforme y déjala cocer por medio minuto. Una vez que la orilla esté bien formada, con la ayuda de una espátula o pala de madera, voltea la tortilla de huevo.

> Coloca en la mitad de la tortilla el queso, la cebolla y finalmente las hojas de espinaca, y dobla la tortilla a la mitad con la espátula, simulando una media luna.

Coloca una tapa para que se derrita el queso. Deja cocinar por medio minutomás; retira del fuego. Corta el omelette en dos porciones y sirve inmediatamente, mientras aún está caliente.

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Tortilla de ejotes y queso cheddar

Tiempo: 20 minutos
Rinde: 2 porcionesIngredientes
1 cda de aceite de oliva
3 huevos de gallina
2 huevos de codorníz
2 ramitas de tomillo  deshojadas
1  cda de jugo de limón
1/4 de tza de queso cheddar rallado
10 ejotes cortados en cuartos
c/s de sal y pimienta
1 cda de crema ácida

Procedimiento
> En un bowl  bate los huevos junto con el  jugo de limón, la crema, sal y pimienta al gusto.
> En un sartén pon a calentar el aceite, asegurándote de cubrir bien toda la superficie (en caso necesario, puedes agregar más).

> Una vez caliente el aceite, 

> vierte encima la mezcla del huevo, cuidando  de distribuirlo uniformemente en el sartén. Distribuye sobre la tortilla  el queso cheddar, los ejotes y el tomillo; si gustas, puedes salpimentar de nuevo a tu gusto.

> Cuando las orillas de la tortilla estén ligeramente doradas, voltéala con la ayuda de una espátula o pala de madera, para que se cueza del otro lado.

> Deja cocinar la tortilla durante  medio minuto más sin doblarla, hasta que esté completamente cocida. 

> Disfrútala en  caliente.