DiCaprio va juicio por ‘El lobo de Wall Street’

Usted está aquí

DiCaprio va juicio por ‘El lobo de Wall Street’

Foto: Especial
Andrew Greene, que en la vida real trabajó para el estafador que el actor interpreta en la película, demandó a los productores por injurias y calumnias

Madrid.- Leonardo DiCaprio tendrá que ir a juicio para declarar por dar vida al estafador Jordan Belfort en la película El lobo de Wall Street, según ordenó el juez de la Corte de Long Island (Nueva York) el pasado jueves. El conflicto legal no tiene que ver con los cuestionables actos que Belfort realizó a mediados de los noventa y que se recrean en la película, sino con la demanda que uno de los extrabajadores del estafador interpuso a la productora por injurias y calumnias a finales del año pasado. Se trata de Andrew Greene, uno de los subordinados del corredor de Bolsa, que asegura que uno de los personajes está inspirado en él y que este refleja una imagen de "borracho y degenerado".

Greene asegura que el personaje de la película Nicky Rugrat Koskoff es una caricatura suya que "sobrepasa los límites de lo permisible", por lo que exige una indemnización de unos 13 millones de euros a varias productoras de Hollywood, entre ellas Appian Way, la empresa del propio DiCaprio. Los abogados de la productora alegan que el personaje se basó en varias personas que rodeaban a Belfort, y no solo en Greene.

También aseguran que la película está protegida por la Primera Enmienda —que, en Estados Unidos, asegura la libertad de expresión— y que los creadores no diseñaron a los personajes con ninguna malicia, condición para considerarlo una difamación.

El lobo de Wall Street está basada en hechos reales. DiCaprio consiguió una nominación al Oscar a mejor actor por su papel protagonista como hombre de negocios dando vida a Jordan Belfort, que en la vida real estaba al mando de la compañía Stratton Oakmont. A través de esta empresa, estafó millones de dólares a sus clientes. Greene se encontraba en el Consejo de Administración y también parece tener su lugar en la cinta. La empresa fue cerrada en 1995 y Belfort, condenado a cuatro años de prisión, de los que no cumplió ni la mitad. Ahora se dedica a dar charlas de motivación.