A plantón de jubilados, ¿oídos sordos? (4)

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A plantón de jubilados, ¿oídos sordos? (4)

Hacia los 60 días y sus noches de plantón permanente. Jubilados y pensionados siguen frente al lugar donde despacha el todavía Gobernador de Coahuila. La situación, no parece muy diferente a cuando comenzaron.

Junto a su campamento, los manifestantes colocaron un féretro de madera. Algunas cartulinas acompañan la instalación; sus mensajes: “Sin medicinas es muerte lenta, active la cámara de gas”, “Acabar en muerte prematura es crimen de lesa humanidad”.

Así como el féretro, el plantón es un símbolo. Entre los manifestantes hay quienes han pagado en medicinas más de lo que reciben de pensión. Ya no pudieron seguir esperando meses para recibir dosis incompletas o ninguna. Las enfermedades no esperan, no se toman el tiempo de los burócratas que no atinan solución alguna. 

El plantón, como símbolo, no reúne a todos los afectados: no cabrían en Plaza de Armas. El problema, sin embargo, es real. No es una ocurrencia, no se trata de un puñado de revoltosos. 

Se habla de órdenes de no asistir al plantón, de no apoyarlo. La sanción por la desobediencia sería el repudio de los liderazgos charros que, lamentablemente, sufren profesoras y profesores coahuilenses. Sin pruebas de esto, entiéndase como un rumor y explicación de por qué el plantón no crece. 

La orden de no ir, es el rumor. Lo del liderazgo charro, está más que visto, confesado. 

Las últimas dos semanas, el movimiento por el derecho a la salud y un retiro digno de las y los profesionales de la educación, pues de esto trata el plantón,  fue desviado y reducido. Alimentaron el rumor de que la Universidad Agraria era la responsable de todos los males.  “Que paguen o se vayan” decía el líder de la sección 38 del SNTE (VANGUARDIA, mayo 13 y 17, 2016).
15 días después y el desgaste que ello significa, las últimas versiones señalan  que la Universidad Agraria no adeuda. Y, como desde el inicio, que el problema es más grande que eso. 

¿De dónde la valentía del líder sindical? Hace un par de semanas, respondió a los medios: “Yo le dije al Gobernador que me ayudará para conseguir un grupo de abogados y hacerlo todo de manera legal” (VANGUARDIA, mayo 13, 2016). 

En perspectiva: por el dicho del propio sindicalista, el Gobierno del Estado estaría dispuesto a sufragar los gastos (con dinero público, por supuesto) que significa buscar la manera de negarles, a personas que viven en Coahuila y sus familiares, el derecho a la salud y un retiro digno. 
¿Anda solo el sindicalista? Para nada.

En boletín oficial del pasado 10 de mayo, el Gobierno del Estado avisa que “apoyará, si es necesario, a la Sección 38 en su esfuerzo de realizar una “cirugía mayor” al servicio médico de este gremio magisterial”. El Gobierno, además, “reconoce la participación  responsable y comprometida… (del Secretario General de la 38)… Quien es el principal impulsor de esta renovación y mejora del servicio médico”.

¡ “Cirugía mayor”! ¿Cómo si de extirpar un tumor se tratara? 

A través de los boletines del Gobierno del Estado conocemos su sentir, sus intereses.  Y mientras lo redactaban, por cierto, afuera de Palacio de Gobierno, seguía el plantón. 

Aparentemente, la Secretaría de Salud estará al pendiente de  las medicinas que falten hasta en tanto no lleguen nuevos medicamentos a las clínicas del Magisterio. En eso, parece, hay cambios. 

Los cambios a la Ley de Pensiones, las auditorías para saber dónde quedó el dinero… En eso, todo sigue igual. 

@victorspena
www.victorspena.net