Saltillo.-A unos días de que el Gobierno de la Ciudad de México entregara silbatos rosas a las mujeres para que denunciaran los acosos sexuales y la violencia comunitaria de la que son víctimas en las calles, integrantes el colectivo Revolución Púrpura de Coahuila, señalaron que silbar, simplemente, no sirve de nada. 

La mecánica, de acuerdo con el jefe del Gobierno, Miguel Ángel Mancera, es silbar cuando las personas sean víctimas de algún tipo de acoso para que de esta manera puedan alertar a la policía. 

“Les están dando a las mujeres silbatos para que se defiendan, pero no están tratando de educar a los hombres para no atacar o no violentar”, dice Daniela Aguirre, representante del colectivo Revolución Púrpura de Coahuila. 

Asegura también que dicha política implementada por Mancera “es ineficiente porque es aplicativa y no preventiva, y hemos escuchado que algunos colectivos sociales han propuesto utilizar el silbato a través del lema: ‘silba, grita y organiza’, pero ahorita vemos que eso no es funcional para este tipo de problemas”. 

Asimismo, Aguirre dice que al silbar no se garantiza que la víctima pueda ser ayudada por alguna corporación, pues puede ser violentada en cualquier lugar y no existir alguien que brinde auxilio cerca. 

Para Gemma Navarro Reyna, integrante del colectivo, “el uso de un silbato no es la medida ideal para combatir el acoso en las calles, eso está bien para las organizaciones que se apoyan del silbato para solicitar auxilio entre nosotras”. 

DELITOS SEXUALES EN COAHUILA 

En Coahuila, durante el primer trimestre del año, el Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública (SENSP) ha reportado en el Informe Incidencia Delictiva 2016 al menos 45 delitos sexuales o violaciones. Esta cifra es mayor a la que se registró en el mismo periodo el año pasado, cuando se alcanzaron 23 delitos de este tipo en la entidad. 

El Informe indica que durante enero en Coahuila se registraron 7 abusos sexuales, considerados también en el delito de las violaciones. En febrero la cifra se disparó hasta llegar a 24 —casi una por día— y en marzo la cifra disminuyó hasta llegar a 14, lo correspondiente a una cada tercer día. 

En contraparte, durante enero y febrero del año pasado se registraron 6 violaciones cada mes, aunque la estadística casi se duplicó en marzo cuando se alcanzaron 11 violaciones. Durante ese trimestre se habían registrado 23 delitos de ese tipo, es decir, casi la mitad de los alcanzados en este mismo periodo de 2016.