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‘Día de las Madres’; festejo con miel
Calificación: 2 de diez
Imagine un pastel de chocolate, cubierto con una gruesa capa de betún blanco, el cual se baña luego en miel de maple y se espolvorea por encima con azúcar glas. Un solo bocado de este postre haría que nuestra lengua se retorciera en agonía por tanto dulce, sin mencionar que sería de fatales consecuencias para nuestra salud. Así es “Día de las Madres” (“Mother’s Day”), la más reciente película-efeméride de Garry Marshall, que ahora festeja a las madrecitas del mundo con varias historias, las cuales parece que luchan por ver cuál es más ridícula, la menos interesante, la que tiene más estereotipos y cuál dice la frase más cursi. Todo está empaquetado en chistes malísimos, que hacen parecer a esta cinta una producción barata de un canal de televisión abierta.
Siguiendo el estilo de “Valentine’s Day” (2010) y “New Year’s Eve” (2011), también dirigidas por Marshall, son varias historias que giran alrededor de su respectiva festividad. Esta cinta, sin embargo, tiene menos tramas, todas las cuales se relacionan entre sí: hay una mamá que tiene miedo a casarse porque nunca conoció a su madre biológica, una madre divorciada que tiene que lidiar con la nueva esposa joven de su exmarido, dos hermanas con conflictos porque su madre no acepta que una es lesbiana y la otra está casada con un hombre de raza india y un padre viudo que no sabe cómo criar a sus dos hijas. Entre todas estas tenemos a un tipo que quiere ser comediante y a Julia Roberts vendiendo joyas por televisión con una horrible peluca pelirroja.
¿Qué tienen en común todas estas personas? Que todos nos quieren dar un bonito mensaje de por qué las mamás son geniales. O al menos eso parece si tomamos en cuenta el nombre de la película y que a cada rato nos salen con frases que parecen sacadas de una tarjeta de felicitación barata, de esas que ya nadie quiso comprar en el supermercado y que se quedan abandonadas en el estante. La descripción que hace la página Rotten Tomateos en su consenso general sobre esta película es muy acertada: es como un regalo de última hora que le compras a tu madre, muy bien intencionado, pero finalmente de poca calidad, de pena ajena y que no puede esconder la ineptitud y la falta de esfuerzo con el que está hecho. Un regalo que, a final de cuentas, será recibido con una falsa sonrisa y terminará en la basura.
¿Qué nos enseña esta cinta sobre el amor maternal? Absolutamente nada. Basta con recordar las frases o momentos pseudo entrañables que nos muestra, donde se supone que debemos tocarnos el corazón y decir asintiendo, con las lágrimas apunto de brotar de nuestros ojos: “cuánta razón tienen”. Nada de esto sucede, pues no sólo cada una de las historias carece de interés, sino que la edición atropellada no nos permite, aunque tuviéramos esta disposición, sentir alguna conexión sentimental con alguno de los personajes. La cinta salta alternadamente, y sin ninguna razón aparente, entre historias. Así, mientras estamos viendo cómo dos exesposos se pelean en una fiesta infantil, de pronto saltamos al momento en que un tipo intenta conquistar al público de un bar con su comedia stand-up. Estos saltos son abruptos, repentinos, pegados uno encima del otro como el collage en el cuaderno de una chica de secundaria.
Pero está bien, tratemos de ver cada historia por separado, intentemos encontrar algo interesante en cada personaje para poder disfrutar de la función. Cualquiera que lo logre debe sentirse muy bien consigo mismo, pues su hazaña equivale a encontrar vida en un paraje muerto, asolado por la sequía, donde no crece ninguna planta por más que se intente. Las historias son tan planas, tan ridículas, tan llenas de estereotipos y lugares comunes, que conforme avanzan se vuelven cada vez más tediosas. Esta bola de melcocha y azúcar, se mueve dando tumbos por doquier, haciendo que nos preguntemos: ¿por qué estamos viendo esto? Sobre todo en dos aspectos importantes: ¿por qué tenemos que ver la historia de un tipo contando chistes en un bar y a Julia Roberts con la peluca chafa? Pero no se preocupe, si esos dos segmentos parecen no tener relevancia es porque nada en estas personas tiene relevancia alguna.
Se trata de una película que debieron haber lanzado directo al DVD o en algún canal de televisión. No porque la calidad de estos productos sea menor, tanto como que el gasto de proyectar algo en varias salas de cine y distribuirlo por el mundo, parece estratosférico para la calidad de esta cinta. Es decir, un producto que no le interesa mostrar dramas interesantes o inteligentes, sino un montón de personas que parecen salidas de un molde usado miles de veces: la mamá soltera divorciada, las suegras molestas, la pareja homosexual… Ninguno de ellos tiene la capacidad para hacernos reflexionar sobre la maternidad. Ni parece que quiera hacerlo, el filme simplemente nos muestra chistes malos y relatos superficiales.
Supongo que está bien si se quiere pasar un buen rato, pero los chistes, aparte de malos, son muy repetitivos. La esposa joven, los padres racistas, el padre que no entiende a sus hijas y quizá el momento más bajo y humillante de toda esta cinta: un número musical de rap. Así es, uno de los personajes se pone a rapear y a bailar en el momento de mayor pena ajena de toda la cinta, que ya de por sí nos hace cubrirnos el rostro y desear que nadie vea que entramos a esa sala. Y hablando de los padres racistas, debo mencionar que esa idea no me pareció del todo mala, incluso creo que pudo haber funcionado con otro tratamiento. Pero la película se empeña en desinflar todo con sus moralejas obvias y las constantes interrupciones de otras historias. Si acaso hay buenas primicias por ahí, la película se las arregla para tirarlas a la basura e irse por el camino fácil.
Observando a la audiencia que me acompañaba en la sala, me encontré a un grupo de mujeres más o menos maduras, las cuales, me imagino, quizá tienen hijos y podían identificarse con algunas de las situaciones. Ellas estaban ahí con toda la disposición de pasar un buen rato y fueron por mucho quienes más se rieron, con carcajadas en voz alta y todo.
Pero conforme la película avanzó, ni ellas fueron capaces de evitar el sopor y la confusión. Sus risas se fueron apagando, se hicieron cada vez más espaciadas entre sí y a veces se transformaban en silencios totales. Ellas, como yo, veían la cinta desconcertadas, sin entender bien si debían reír o llorar. Y eso que ellas iban con todas las ganas de pasarla bien. Claro, no salieron tan molestas como yo, pero estoy seguro que, con todo y las buenas intenciones de este regalo, terminarán olvidándolo por ahí.
El dato
> Elenco: Jennifer Aniston, Kate Hudson, Julia Roberts, Jason Sudeikis, Timothy Olyphant, Britt Robertson.
> Director: Garry Marshall.
> Género: Comedia romántica.
> Clasificación: B
> Duración: 118 minutos.