Una comadreja paraliza el acelerador de partículas del CERN

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Una comadreja paraliza el acelerador de partículas del CERN

El pequeño visitante provocó una "grave avería eléctrica" y la instalación tuvo que apagarse, según confirmó a la BBC el portavoz del CERN, Arnaud Marsollier.

Una pequeña comadreja ha conseguido paralizar el mayor acelerador de partículas del mundo. El animal consiguió colarse en la enorme máquina subterránea ubicada a las afueras de Ginebra y provocó un cortocircuito, según quedó reflejado en el protocolo de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN).

El animal consiguió colarse en la enorme máquina subterránea ubicada a las afueras de Ginebra y provocó un cortocircuito. Foto AP

El pequeño visitante provocó una "grave avería eléctrica" y la instalación tuvo que apagarse, según confirmó a la BBC el portavoz del CERN, Arnaud Marsollier. La comadreja, por su parte, sufrió una descarga eléctrica y no sobrevivió a su intrusión en un transformador de 66 kilovoltios.

Según el portavoz, podrían pasar varios días hasta que se subsanen las consecuencias del cortocircuito y pueda volver a ponerse en marcha el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés).

Las comadrejas son conocidas por su afición a morder cables de los coches y averiarlos, aunque ésta en concreto fue a por un aparato bastante más grande. Por el momento no está claro cómo consiguió colarse en el acelerador, aunque no parece muy sorprendente, ya que las instalaciones se encuentran en una zona campestre.

El LHC volvió a funcionar a mediados de 2015, tras dos años de modernización. Su mayor logro antes de esa pausa fue la demostración de la existencia del Bosón de Higgs, la partícula elemental más importante del modelo estándar de la física de partículas.

Tras la renovación, los científicos del CERN buscan ahora pruebas de la existencia de la materia oscura. Para ello está previsto el funcionamiento continuo durante tres años del LHC, cuya energía de colisión es ahora de 13 teraelectronvoltios (TeV), casi el doble que antes. Gracias a ese incremento, ahora pueden investigarse muchos más productos resultantes de la desintegración de partículas elementales que antes.

"¡No es la mejor semana para el LHC!", puede leerse en el protocolo del viernes del acelerador. Sin embargo, no es la primera vez que algo así ocurre en el CERN.

En noviembre de 2009 el "culpable" fue un pájaro, que dejó caer un trozo de paz en una instalación eléctrica cercana al CERN y produjo otro cortocircuito. Éste afectó al sistema de refrigeración del acelerador, haciendo que la temperatura se elevase demasiado.

En aquella ocasión el pájaro salió indemne, aunque como comentó la portavoz del CERN, perdió su comida.