Pasearse por el campo le ayuda a su rehabilitación

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Pasearse por el campo le ayuda a su rehabilitación

Actividades. La familia de David lo lleva al campo para que el menor tome fotografías de los animales. / Karla Tinoco
El pequeño, antes de su accidente ocurrido en noviembre de 2014, acompañaba a su papá y a su hermano Daniel a tomar fotografías de los animales silvestres

Hace poco más de un año David Garza Galindo sufrió un accidente en un brincolín que lo dejó inmovilziado y con pocas esperanzas para recuperarse, según la opinión de algunos médicos. Pero la fe, la esperanza y la perseverancia  que han tenido él y su familia, han logrado que el pequeño haya empezado a tomar sus primeras fotografías con animales. 

La primera vez que regresaron al campo en familia fue el 5 de marzo. Vera Galindo, madre de David, tiene muy fresca la fecha porque ese día fue el Día de la Familia y visitaron el parque La Estanzuela, al sur de Monterrey. 

“David estaba muy contento porque salió con su papá a tomar fotos. Él decía desesperado que ya quería correr”, contó la madre. 

Pero su familia se había rehusado a llevarlo al campo o al aire libre, pues necesitaban que estuviera un poco más fortalecida su respiración. Aun así, consiguieron unos aparatos de conexión eléctrica que ayudaran a mantener a David conectado a su ventilador, un aparato por el que respira. 

El pequeño, antes de su accidente ocurrido en noviembre de 2014, acompañaba a su papá y a su hermano Daniel a tomar fotografías de los animales silvestres y de los ecosistemas de la región. Le gustaba trepar a los árboles, correr y preguntar por todo lo que estaba a su alrededor. 

Pero este primer viaje, igual que los anteriores, lo disfrutó tanto que lo motivó a continuar con más alegría su rehabilitación. 

“David llegó muy cansado porque los viajes implican muchas cosas. Al principio no quería ir, porque no se sentía muy seguro, pero cargamos suficientes pilas y conseguimos todos los aparatos necesarios para llevarlo de nueva cuenta y lo distrajera de la rutina de las rehabilitaciones. Hacemos todo con tal de verlo feliz”, dice Vera Galindo. 

Unas semanas después, en abril, nuevamente la familia decidió visitar Jagüey, un pueblo ubicado en el municipio de Villanueva, Zacatecas. Para esas fechas, David estaba feliz de ver y fotografiar —con ayuda de su padre y su hermano— algunos búfalos y venados que habitan en la región. 

Poco a poco David ha logrado mantener más fuerza en su mano derecha, y soporta hasta tres horas de respiración sin la ayuda de su ventilador, aunque termina muy cansado por el esfuerzo que implica. 

“Eso es un avance sostenido, su cabeza está más fuerte y lo vemos más confiado y feliz. Sabemos que esto implica mucho tiempo y paciencia, pero poco a poco vemos resultados muy buenos en su rehabilitación”, cuenta la mamá de David. 

Su familia planea salir al campo al menos cada 15 días para motivar a David a continuar con su recuperación, su motivo es verlo feliz.