A plantón de jubilados, ¿oídos sordos?
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A plantón de jubilados, ¿oídos sordos?
10, 11 días. O tal vez más. Para cuando esto se publique, algo pudo suceder y las cosas cambiar. Pero, por lo pronto, así van las cuentas: 10 u 11 días del plantón de jubilados frente a las oficinas del Ejecutivo Estatal y no hay, ahí dentro, alguien con el tamaño suficiente como para atenderles.
Quienes han decidido montar guardia permanente son profesores jubilados. Así como se lee: Algunos, la mayoría, personas de la tercera edad; algunos otros, de menos edad, retirados por enfermedad o cualquier otra razón de menor gravedad.
Todos jubilados, al fin. Acompañándoles, tal vez, alguno de sus hijos o nietos.
No son incendiarios. No andan buscando bronca.
Buscan un servicio médico que no los mate por el tiempo o la carestía de medicinas. Buscan que las nuevas leyes no dejen desprotegidas a las viudas. Quieren hacer efectivo aquello del respeto a los derechos humanos; llevarlo a algo más que un eslogan publicitario. Buscan saber cuáles bolsillos se llenaron con las cuotas que a ellos, por años, les fueron descontadas.
La decisión de establecer un plantón permanente no vino de la noche a la mañana. No es una treta política, no piensa en calendarios electorales. Si han llegado a la extrema medida de montar guardia las 24 horas del día, ahí donde el Gobernador despacha, es porque ya se cansaron de ser engañados, de dar vueltas, de acordar con personas sin palabra ni decisión.
Se cansaron de no tener medicinas. De verse desprotegidos al final de su vida laboral. Se cansaron de ser tratados como desechables.
Se armaron con argumentos. De cuando en vez, levantan la voz con ayuda de un megáfono. Medio construyeron un cuartel con plásticos y pancartas que recuerdan sus demandas. Entre ellas, una: “Señor Gobernador. No queremos morir en las clínicas del Magisterio. Asuma su responsabilidad. Resuelva el problema”.
Sus peticiones no incendian, pero iluminan.
¿Y el Gobierno? Oídos sordos. Ninguna respuesta contundente. Cuando mucho, algún enviado como muchos han visto desfilar estos profesores jubilados y que ya saben solo buscan darle largas al problema… Hasta que, con el tiempo y trágicamente, dejen de ser problema. Así la insensible apuesta.
Los jubilados preguntan ¿dónde están las cuotas para servicio médico que el Gobierno descuenta cada quincena a todos los trabajadores de la sección 38 del SNTE, de la UAAAN, de la UAdeC?
Y no hay respuesta. ¿Quién es el responsable del fraude a las instituciones de Seguridad Social del magisterio coahuilense? Y, en el Gobierno, como que voltean a otro lado, buscando un aparador internacional dónde tomarse alguna foto.
¿Cuál es el cálculo al interior del Gobierno? ¿Le apuestan al cansancio de los jubilados, o algo peor? En qué se ocupa el Gobierno si no en resolver estos problemas.
Por el grupo que representan, por la agenda temática que el todavía Gobierno ha querido mantener, el plantón de jubilados nunca debió suceder. Y sí por indiferencia o insensibilidad se llegó al extremo de forzarlos a un plantón permanente, la distancia y la indiferencia no dan buen testimonio de su capacidad.
Los cercanos al poder se la pasan bastante bien viajando por el mundo, comiendo en buenos restaurantes, recibiendo una Notaría como regalo, tomándose selfies con los artistas del momento.
Para los demás, Coahuila es el lugar donde no se sonríe, ni se gobierna diferente; donde no se tiene energía ni para responder una demanda justa.
@victorspena
www.victorspena.net