Usted está aquí
Deja crecer a tus hijos a su ritmo: 3 momentos claves de la infancia
Por lo general, los chicos quieren ser grandes y los grandes añoran ser chicos. La mente nos juega trucos haciéndonos creer que ser adultos es tener permiso para hacer todo lo que queramos, y la verdad es que las responsabilidades dejan poco espacio para eso. Asimismo, creemos que ser niño es pasar el tiempo sin hacer nada, y tampoco es para tanto.
Lo cierto es que estar en los zapatos de alguien de cualquier edad tiene sus pros y sus contras. Lo importante es saber para qué sirve cada etapa de la vida y tratar de experimentar todas al máximo. Así, cuando lleguemos a la siguiente fase, habrá poco o nada de qué arrepentirnos y, lo más importante, tendremos las habilidades necesarias para superarla.
Muchos padres permiten y alientan que sus hijos “quemen” etapas. Eso puede tener implicaciones negativas en el desarrollo de los menores. Los bebés inician su alimentación ingiriendo líquidos porque no están preparados para masticar, y lo mismo sucede con el gateo versus caminar y correr. La infancia tiene una finalidad y para que la respetes, te comparto de qué se trata.
La utilidad de ser niños
La niñez es una etapa de desarrollo. No somos niños porque queramos serlo: lo somos porque lo necesitamos para crecer. Como todo dentro de la naturaleza, es parte de un proceso. La primera parte es descubrir el mundo, la segunda es aprender a funcionar en él, la tercera es salir a conquistarlo. Veámoslos en detalle:
1. Infancia
Del nacimiento y hasta los 6 años de edad, es lo que llamamos infancia. Ésta alberga dos categorías: la de infante, que es de 0 a 3 años y se caracteriza por su dependencia, descubrimiento y desarrollo de las capacidades básicas como lenguaje, movimiento, comunicación y desplazamiento.
La segunda categoría va de los 3 a los 6 años; los niños aún se encuentran dentro de la infancia, pero durante esta etapa se presenta el perfeccionamiento de todo lo que constituye la infancia temprana y el descubrimiento y aprovechamiento de su entorno. Los niños comienzan a ser más independientes y curiosos.
2. Niñez
La niñez comienza a partir de los 6 años y hasta los 12. El niño, además de independiente, es más capaz. Durante estos años comienza a convivir con sus pares, a asumir responsabilidades como estudiar y ser parte de la dinámica familiar. Descubrir sus derechos y sus obligaciones es otra característica de los niños en esta etapa.
3. Adolescencia
La caótica adolescencia es también parte de la niñez, pero en su etapa última. Se caracteriza porque los niños comienzan a percibirse como individuos diferentes a los demás, desarrollan ideales propios, crean una identidad y se interesan por el futuro. Su razonamiento se hace más crítico e intuitivo.
Este período puede durar hasta alrededor de los veinte años, aunque lo cierto es que ninguna de estas etapas tiene rangos de edad rígidos y exactos. Dependen en gran medida de las características de cada familia y cada persona, su salud, su entorno social, su educación, entre otros.
La próxima vez que quieras que tu hijo crezca más de prisa, detente a pensar en las implicaciones que acelerar esa etapa puede tener para su vida a futuro. Ser niños no es estar sin hacer nada, solo que a diferencia de los adultos que ven en “hacer” un beneficio material, el de los niños es físico y psicológico. Sé útil y déjalos vivir su infancia.