Coahuila todo transparente
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Coahuila todo transparente
Para el Gobierno centrado en la apariencia, el tiempo suele ser el peor de los verdugos.
Un viaje al pasado: septiembre de 2014.
Representando al todavía Gobernador, el entonces Secretario de Fiscalización celebraba “la innovación” llamada www.coahuilatodotransparente.gob.mx, una página de internet con toda la información del Estado en el formato más moderno posible.
Un paso al futuro, un avance contundente. Se dijo.
Las críticas debían opacarse. El entonces Secretario afirmó: “En el Estado de Coahuila, estamos haciendo las cosas bien, la transparencia es un buen ejemplo, hemos dado pasos trascendentales para ubicar a Coahuila como líder nacional” (boletín del Gobierno del Estado; septiembre 18, 2014).
Antes que cualquiera, Coahuila buscó colgarse la medalla del “Gobierno Abierto” con este portal que, afirmaron, era modelo para toda América Latina.
La prensa rescató, en las palabras del Secretario, la importancia del portal: “Este proyecto que hoy presentamos es fruto del trabajo en colaboración con la Organización de Estados Americanos a través del departamento para la Gestión Pública Efectiva de la Secretaría de Asuntos Públicos de dicha organización” (VANGUARDIA, septiembre 19, 2014).
Pasaron los meses, la fiesta terminó ¿en qué vamos?
Para decirlo en una frase, el portal “Coahuila todo Transparente” ha quedado en el olvido.
¿Ejemplos? Van algunos cuantos: La base de datos “Escuela Transparente”, de actualización anunciada como mensual, no ha tenido cambios desde febrero de 2015, es decir, hace unos 14 meses. El “padrón único de beneficiarios”, esa base de datos que debiera contener la información de todos los beneficiarios de los programas sociales del Estado de Coahuila ha permanecido igual desde septiembre de 2014. El registro de los hospitales y centros de salud, con actualización supuestamente trimestral, no ha sido actualizado desde julio de 2014.
La lista sigue: la base de datos que contienen los permisos y concesiones de transporte, de supuesta actualización mensual, no ha sido tocada desde marzo de 2015. Al blog del portal, ese espacio que se suponía debía ser la voz permanente de alguien dentro del Gobierno promoviendo su uso, pueden leérsele dos escritos: el primero de septiembre de 2014, otro de abril del 2015.
Otro mecanismo permanente de comunicación con la comunidad sería el “Observador Ciudadano”, un espacio (anuncia la página) para denunciar o proponer mejoras en la gestión vía una foto o video. ¿Qué hay ahí?
Una media docena de fotografías con denuncias (una calle cerrada o una patrulla mal estacionada, por ejemplo) de las que no se sabe el seguimiento o resultado.
Es decir, no hubo interés ni capacidad para dar seguimiento. ¿A quién le importa?
Esto sucede cuando la prioridad es parecer para engañar y no la transparencia ni los beneficios que debiera traer.
De lo visto, solo tres bases de datos parecen haber sido actualizadas: el padrón de proveedores y contratistas, el de obras para el desarrollo metropolitano y la nómina de la burocracia. ¿Una luz en la obscuridad? Esta de dudarse: es información que, por su naturaleza, tiene movimientos reconocidos automáticamente por el sistema. De eso a que pueda reconocerse una voluntad a favor de los datos abiertos, hay mucho tramo.
Además, el dato es incierto. En distintos lugares de la misma página aparecen, para las mismas bases de datos, diferentes fechas de “última actualización”. Es decir, eso de que la nómina de los burócratas esté actualizada depende más de dónde se vea el dato que, en realidad, de la información disponible. Así el galimatías.
Mucha fiesta, mala resaca. El tiempo suele ser el peor de los verdugos.
@victorspena
www.victorspena.net