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Números en contra para el Real Madrid
MADRID.- El Real Madrid recibirá hoy al Wolfsburg con la obligación de remontar el 2-0 que sufrió en la ida de los cuartos para clasificarse a las semifinales de la Liga de Campeones y evitar el estallido de una crisis.
Nadie sabe qué esperar del equipo de Zinedine Zidane, capaz de ganar 2-1 en el Camp Nou y perder cuatro días después ante el octavo clasificado de la Bundesliga y con el Wolfsburg. Pero hasta a eso parece haberse acostumbrado su hinchada.
Ciertamente, el Real Madrid ofreció en Wolfsburg una imagen muy alejada de la esperada y por eso en las últimas horas se vio obligado a elaborar una campaña entre sus hinchas con una única consigna: “Remontada”.
A ella se sumó el propio Cristiano Ronaldo, quien aseguró: “Va a ser una noche mágica”.
Puesto que se da por segura la respuesta de la afición blanca, a la que tanto excita imaginar remontadas, ahora le corresponde al equipo de Zidane hacer lo que no logró en los últimos 29 años: voltear dos tantos adversos de una eliminatoria de Copa de Europa.
Además, el diez veces campeón de Europa cayó eliminado las últimas ocho ocasiones que perdió el partido de ida en un cruce de la máxima competición continental.
Su última remontada fue hace 14 años, ante el Bayern Múnich en los cuartos de final. Ganó 2-0 y volteó el 2-1 adverso de la ida. Desde entonces, el balance es de cero remontadas en ocho intentos.
Para el nuevo asalto, Zidane contará con todo su plantel a disposición, incluidos los franceses Raphael Varane y Karim Benzema. Mientras el defensa aguardará su oportunidad desde el banquillo, el concurso del delantero parece fijo junto a Cristiano Ronaldo y Gareth Bale.
El Wolfsburg llegó a Madrid con el objetivo de seguir avanzando en una competición en la que ya hizo historia al entrar por primera vez entre los ocho mejores del continente.
“Estaremos al 100 millones por ciento, vamos a correr por nuestras vidas. El martes va a haber fuego”, declaró esta semana el delantero alemán André Schürrle, una de las principales bazas del Wolfsburg.
Es fácil pensar que su entrenador, Dieter Hecking, utilizará un planteamiento similar al de la ida, con un equipo lleno de orden y sacrificio en la zaga a la espera de lanzar contraataques agarrado al talento de Julian Draxler.
El estadio Santiago Bernabéu se prepara para vivir una noche que espera mágica en Europa. El tipo de noche que no ha vivido en los últimos 14 años.
El Manchester City tendrá 90 minutos para definir el futuro de su temporada cuando reciba al París Saint-Germain en el encuentro de vuelta de los cuartos de final de la Champions League.
En un duelo marcado por las grandes chequeras de los propietarios árabes de ambos equipos, el City salió mejor parado del primer partido gracias al empate 2-2 que logró en la ida jugada en París.
Sin embargo, con un equipo con tanto poder ofensivo como el PSG, con atacantes como el sueco Zlatan Ibrahimovic, el uruguayo Edinson Cavani y el argentino Ángel Di María, resulta impensable imaginar un partido sin goles.
Sin posibilidades en el resto de las competiciones, el City confía en la pequeña ventaja lograda en la ida, al anotar como visitante, para seguir avanzando en un torneo que nunca ha podido dar el ancho. En esta edición pudo romper por primera vez la barrera de los octavos de final y pretende continuar haciendo historia.