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Familias comienzan la búsqueda de desaparecidos en Veracruz
Ellos también se cansaron. Ante la falta de resultados de las autoridades, familias de desaparecidos de cinco entidades del país inician hoy la primera Brigada Nacional de Búsqueda en Amatlán, Veracruz, para ayudar a los habitantes de ese lugar que pasan por la misma tragedia: no saber dónde se encuentran sus parientes.
El alto número de desapariciones en Veracruz ha puesto al descubierto la emergencia humanitaria de dimensiones aún incuantificables que atraviesa México, señalaron ayer integrantes de la Red de Enlaces, formada por siete organizaciones en las que se agrupan madres, padres, hermanos y demás familiares.
También los acompañan activistas de organizaciones civiles, como el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) y el Instituto Mexicano de Derechos Humanos (IMDH), que asisten en calidad de observadores. Asimismo participan forenses en diversas disciplinas de la Coordinación de Atención a Víctimas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
En conferencia de prensa informaron que partirán a las 10 de la mañana en una caravana desde el Centro Prodh, en la Ciudad de México. Llegarán a la iglesia de los Santos Reyes, en Amatlán, donde brindarán capacitación para hallar fosas clandestinas. Una vez ahí, diseñarán un plan, de acuerdo con las necesidades del lugar, explicó Juan Carlos Trujillo Herrera, quien busca a cuatro hermanos.
Deudos de desaparecidos en Coahuila, Sinaloa, Chihuahua y Baja California, quienes se han vuelto los verdaderos expertos y logrado lo que ninguna procuraduría, como refiere Trujillo Herrera, concentrarán las pesquisas en Amatlán y sus alrededores. Por el momento, no prevén llegar a otras partes del estado donde en recientes semanas se han dado a conocer varios casos, como Tierra Blanca o Papantla.
El aval del trabajo que han hecho los familiares está también en cifras. En Iguala, Guerrero, han hallado 145 cuerpos y cientos de huesos; en Torreón, 48 fosas y 30 tambos donde quemaban a los cautivos. En Tamaulipas, tan sólo la familia de Nancy Rosette Núñez encontró múltiples fosas.
Esta vez, empezarán por Amatlán, pero esperan que sea un parteaguas y que la población se una, indicó Julio Sánchez Pasillas, de la organización Grupo Vida de Coahuila. Llamaron a los veracruzanos a romper el silencio y la indiferencia y, entonces, brindar información de la que dispongan. No tienen que ir con nosotros, muchos saben dónde debemos acudir a buscar. Si lo dicen, no los vamos a delatar, prometieron.
Así como un día el ex titular de la Procuraduría General de la República (PGR) Jesús Murillo Karam dijo estar exhausto, los familiares de los desaparecidos también lo están. Estamos cansados de perseguir a las autoridades para que los busquen. Si no lo hacemos nosotros, nadie lo hará, sentenció Sánchez Pasillas.
A los gobiernos federal y estatal, así como a la PGR, a la fiscalía de Veracruz y las comisiones de Derechos Humanos nacional y de la entidad pidieron garantizar la seguridad de los integrantes de la brigada. Precisaron que el resguardo debe venir de la Policía Federal, pues varias desapariciones son atribuidas a agentes estatales y municipales.
No somos criminales y no vamos en búsqueda de delincuentes, pues ellos también son víctimas, en cierta forma, de las acciones y omisiones del gobierno, expresó Trujillo Herrera. Aclararon que su intención tampoco es hacer justicia por mano propia, acusar o señalar. Lo único que quieren es encontrarlos y sepultarlos dignamente, saber que no pasan frío o hambre, que no están malheridos o sufriendo.
Las herramientas que llevan son el dolor y el coraje de años, indicó Mario Vergara, de Los otros desaparecidos de Iguala. También palas y picos para cavar, apuntó.