Divorcio Exprés
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Divorcio Exprés
Vanguardia tiene una iniciativa que se llama ventana ciudadana. Se puede compartir imágenes de una situación en la dirección electrónica: denuncia@vanguardia.com.mx Hace poco aparece una imagen de un letrero que dice “Divorcio en un día.” El letrero está en el pavimento de una calle céntrica frente a un registro civil.
Si alguien que vive por ahí se molesta con su cónyuge y sale a la calle a caminar se puede encontrar con la oferta tentadora y tomar una decisión impulsiva. Un abogado debe primero tratar de disuadir a quienes pretenden divorciarse.
En el Estado de Coahuila se presentan un gran número de divorcios. Sin embargo, para facilitar el trámite de divorcio, hace poco se aprobó en Coahuila el llamado divorcio Exprés. Con ello, una pareja bajo ciertas condiciones se puede divorciar sin tener que señalar una causa. Se dice que esto evita largos juicios y en 15 días queda “libre”. La forma en que se anuncia suena atractiva: un divorcio fácil, rápido y sin juicios engorrosos.
Tomas Moro, patrono de los políticos prefirió la cárcel y la muerte antes que traicionar su conciencia y cambiar la ley para que el Rey Enrique VIII se divorciara y se volviera a casar. En esta época en que todo debe ser rápido y cómodo el divorcio no se queda atrás, así que el fin justifica los medios. Las parejas se divorcian hasta porque pasó la mosca. La modificación al código civil viene a abonar en agravar el problema en lugar de contribuir a proteger la familia, como es deber del Estado.
En otros países el Estado pide 8 meses de terapia familiar y solicita un informe al terapeuta sobre la actitud de ambos cónyuges para verificar la asistencia a las sesiones de terapia y que de verdad ha habido buena disposición. Esto lo afirma Aquilino Polaino, un terapeuta, en su libro: “¿Hay algún hombre en casa?” Ahí dice: “Si yo pudiera legislar sobre esta cuestión, no admitiría ni una separación ni un divorcio ni ninguna causa de nulidad, hasta no haber comprobado que realmente se han puesto todos los medios para resolver el problema, como sucede en algunos países.” Para decir esto se fundamenta en su experiencia como terapeuta: “Aunque el conflicto se extienda hasta la ruptura efectiva y la separación, si uno de los 2 miembros de la pareja desea aún luchar por la relación, es posible arreglar las cosas. Como terapeuta familiar he trabajado con parejas separadas y lo primero que hago es hablar con el miembro que parece que no quiere ni reunirse con la otra parte. Así valoro cuan firme es su decisión. Si cede, empiezo a trabajar. Parejas con más de seis meses de separación hoy viven felices.”
El estado debería, en lugar de facilitar los divorcios, apoyar este tipo de terapias que fortalecen, proteger y conservan la familia. Aquilino continua en ese sentido: Me niego a dar por buena la idea de que “ya se han puesto todos los medios”, porque esto casi nunca es verdad. “es que llevo peleando muchos años y no consigo nada”. Tal vez necesites pedir ayuda a más gente, para que peleen contigo. O a lo mejor basta con que vayas a un terapeuta. Si vas al especialista en medicina interna, para que te mire el hígado o el riñón, porque no ir al terapeuta para que te ayude a resolver el problema.” Yo añadiría con un director espiritual, sacerdote o un psicólogo. Recurrir a un mal abogado en primera instancia evita que algún matrimonio y familia que aún tiene posibilidades, pueda sobrevivir. El Estado tampoco ha dado muchas muestras de que le interese evitar los divorcios. Las leyes son una forma de traducir en acciones, las políticas que tiene un gobierno. Al regular la conducta las leyes pueden motivar o desmotivar acciones. De ahí la importancia de cuidar que los legisladores representen y cuiden los valores e intereses de la comunidad.