‘Maté a mi bully’

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‘Maté a mi bully’

Arrepentido Tony tiene 25 años; los últimos cuatro los ha pasado en prisión. / Archivo
Casi dos años después del asesinato, Tony fue detenido en la capital de Chihuahua, mientras trabajaba como cajero en un centro comercial.

MÉXICO.- “Ocurrió cuando unos amigos y yo íbamos por unas amigas al centro de Parral, Chihuahua, por donde está el mercado. Ahí lo vi, me bajé del carro con un bat, lo golpeé en la cabeza y después salí corriendo. Pensé que no iba a pasar nada, nunca imaginé que se fuera a morir, nada más quería golpearlo y meterle un susto. Al día siguiente mi amigo y yo nos sorprendimos al saber que estaba en estado de coma y huimos a Chihuahua”, cuenta Antonio Villanueva.

“Me jodí la vida sin proponérmelo”, dice. Tiene 25 años y vive en una pequeña celda con siete compañeros: un violador y seis acusados de homicidio, igual que él. 

Tony cuenta que mató “por error” a José Alejandro Díaz Camacho, El Jandys, su compañero de preparatoria que lo molestaba.

La tarde del 21 de diciembre de 2009, Tony iba acompañado de dos amigos en un auto y se encontraron al Jandys, quien ofendió verbalmente a Tony. Al lado de Tony había un bat de beisbol. Al verlo no dudó en tomarlo e irse en contra de su hostigador. Le propinó varios golpes en la cabeza y otro de sus amigos, Víctor Enoe Guevara, le dio patadas en diferentes partes del cuerpo. Cuando vieron que ya no se movía, huyeron.

Casi dos años después del asesinato, Tony fue detenido en la capital de Chihuahua, mientras trabajaba como cajero en un centro comercial.

“Estudiaba para ser químico bacteriólogo, parasitólogo y a la vez trabajaba en un Soriana como cajero. Un día me hablaron de la gerencia. Se acercó a mí la inspectora de cajas bien apurada, me dijo que me hablaban, que fuera rápido. Subí preocupado y cuando llegué a la oficina vi a una persona de espaldas con una carpeta de investigación y en ella mi foto. Ahí supe que iban por mí”.

De acuerdo con la ley, su error podría costarle una pena de hasta 60 años de prisión, pero Tony no se desanima y espera tener la vida de su hermano gemelo, Fausto, quien ha formado una familia.

Mientras pasa sus días en la cárcel, Tony estudia derecho, se ha acercado a los libros de psicología y la Biblia. Se entretiene en torneos internos de beisbol, su deporte favorito, y le gusta correr para abatir la ansiedad que lo invade.

También colabora en el programa preventivo “Libre de Prisiones”, mediante el cual cuenta su testimonio a jóvenes estudiantes de secundaria, preparatoria y universidad, para que reflexionen sobre lo que una mala decisión puede provocar en su vida.