41 nuevos notarios
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41 nuevos notarios
Entrando el descanso de la Semana Mayor, en Coahuila se autorizó la existencia de más de cuatro decenas de notarios públicos.
La principal característica: no requirieron presentar examen de conocimientos.
La historia ya se conoce. Dentro de los requisitos que, por Ley, pueden dispensarse están los de tener conocimientos demostrables en la materia. No es algo de ahora y siempre que allá en el Congreso se abre el dique de las autorizaciones de nuevos portadores de la fe pública, hay voces en contrario.
Ser notario ha sido y es un regalo, donde importa más la cercanía con el poder que la capacidad. Es, en el imaginario local y en el mundo del Derecho, la conjunción entre conocimiento y privilegios. La aspiración de muchos… Antes, por supuesto, de que los fiats se entregaran como barajitas repetidas de un álbum comercial.
Hay, entre los notarios, profesionales preparadísimos y de conducta intachable: la personificación de la certeza jurídica, celosos guardianes de la responsabilidad que les han encomendado. Por fortuna, además, no son pocos.
Ha sido la manera en la que “nacen”, lo que siempre despierta ansia en algunos sectores: a manera de regalo de quien todavía despacha como Gobernador; dejando en lista de espera a quienes, por sus medios, buscan ese privilegio para servir.
En esta ocasión, sin embargo, llama la atención dos asuntos que, creo, no son cosa menor: Primero, que el paquete de autorizaciones en el Congreso llegó sorpresivamente, antes de lo que pudiera pensarse; segundo, la reacción del
Colegio de Notarios en voz de su Presidente.
Según dicta la costumbre, los fiats son el regalo del titular del Ejecutivo que ya se va; se andan aprobando en los últimos meses de una gestión. Acá, si bien ya se está en el ocaso de la administración, todavía quedan algunos mañanas (¿o no?).
En el Congreso, una diputada local subió a Tribuna y dijo que la lista se había entregado con premura (VANGUARDIA, marzo 18, 2016). ¿Cuál era la prisa?
La reacción del Colegio de Notarios en voz de su Presidente fue rescatada por VANGUARDIA (marzo 19, 2016): “El día de ayer (viernes) me avisaron del Congreso. Me tomó por sorpresa ya que aunque sabíamos de la solicitud de muchos notarios que querían dejar el cargo y responsabilidad en manos de sus hijos, siempre se les dijo de parte de la autoridad que sería mediante un examen de conocimientos”. Fuerte y contundente.
Siendo claros, no hay ninguna obligación de que la decisión de autorizar más fiats sea avisada al Colegio de Notarios. Sería una cortesía, pero eso es de caballeros. El punto está en lo que, se conocía, era la decisión “de parte de la autoridad”: aplicar (por fin) el filtro de examen de conocimientos.
Como ha sido la constante en estos años, la realidad le ganaría al discurso.
Lo del examen compagina con el discurso que se manejó al inicio de la administración pero, muy al estilo, cedió terreno a la realidad: el “Gobierno de los mejores para el puesto” cedió terreno al “Gobierno de lo que haya para reciclar”.
El notariado la ha tenido difícil en esta administración. De intocables a manoseados, si me permiten la expresión.
En una de esas (por el número, los perfiles de muchos y el tiempo que queda), lo que interesa es conquistar el gremio organizado del notariado.
Buscar, en breve, alguna asamblea y ocupar las carteras importantes para lo que se ocupe y, de paso, aplacar a quienes siguen de valientes.
@victorspena
www.victorspena.net