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La Conafor hace negocio con los intereses bancarios del presupuesto ambiental
La Comisión Nacional Forestal (Conafor) recibió 248 millones de pesos para invertir en 12 programas ambientales, como la restauración de la Cuenca Cutzamala y conservación de biodiversidad durante dos años; sin embargo, mantuvo en sus arcas 32% del total de recursos (85 millones de pesos) sin entregarlo a los beneficiarios.
El presupuesto total generó intereses por 128 millones de pesos, pero tampoco los ha devuelto a la Tesorería de la Federación. Esto significa un probable daño a la Hacienda Pública por 213 millones de pesos de ambos rubros, según advierte la Auditoría Superior de la Federación en el Informe de la Cuenta Pública 2014.
El monto equivale a tres veces el presupuesto que tuvo Nayarit para la reforestación y obras de uso de suelo en 2015 (44 millones de pesos) y alcanzaría para operar 10 programas de reforestación de mangle.
La Conafor administra el instrumento Mandato del Fondo Forestal Mexicano, que a su vez distribuye los recursos entre los programas y proyectos para la conservación, incremento, aprovechamiento sustentable y restauración de los recursos forestales.
La Auditoría detectó que el presupuesto total destinado al Mandato en 2015 (8 mil 445 millones de pesos), generó intereses bancarios por 290 millones de pesos, toda vez que el dinero se depositó en cuentas bancarias de Banorte.
De los intereses obtenidos, la Conafor asignó 111 millones 921 mil pesos a beneficiarios y 10 millones 434 de pesos fueron devueltos a la tesorería. Sin embargo, no comprobó el destino de 128 millones 748 mil pesos. En este caso, según mandata el Reglamento de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, el dinero debería ser reintegrado a la Tesorería o de lo contrario sería considerado un daño a la Hacienda Pública.
La auditoría financiera de los recursos de la Conafor incluye la revisión de 248 millones 813 mil pesos entre 2010 y 2012 para la operación de 16 programas. De ello, 85 millones 322 mil pesos (32%) fueron destinados a 12 programas sin que existieran beneficiarios; por lo tanto, de acuerdo con la Auditoría, el dinero debería reintegrarse a la Tesorería de la Federación.
Los programas que recibieron más apoyo sin que comprobaran el ejercicio del gasto es el Programa Cutzamala 2010, dedicado a la restauración de las microcuencas en zonas prioritarias del Sistema Cutzamala en Michoacán y el Estado de México. Recibió 37 millones 189 mil pesos, pero hasta el desarrollo de la Auditoría no había justificado el gasto.
Lo mismo ocurrió con el Fondo de la Biodiversidad, creado para financiar de manera permanente la conservación y restauración de ecosistemas forestales con biodiversidad de importancia mundial. Obtuvo un presupuesto de 151 millones 425 mil pesos. De ello, comprobó el gasto de 125 millones, pero aún falta por sustentar en qué gastó 25 millones de pesos.
Al revisar los estados de cuenta de Banorte, la Auditoría advierte “un probable daño o perjuicio” a la Hacienda Pública Federal, por 26 millones 424 mil pesos; monto de las cancelaciones y desistimientos de apoyos para los programas ambientales entre 2006 y 2014. Sin embargo, no fue devuelto a la Tesorería.
Aunque el Mandato del Fondo Forestal Mexicano fue creado para promover la conservación, incremento y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, solamente funcionara como un mecanismo de recepción, inversión y distribución de los recursos a los beneficiarios.
Además, según la Auditoría, se trata de una figura con la que Conafor “se deslinda de responsabilidades, toda vez que por las operaciones del mandato, únicamente registra los saldos finales del mandato en su contabilidad, con base en los estados financieros emitidos por el banco”.