Temporada de cacería política
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Temporada de cacería política
El pasado viernes se reunieron en las instalaciones de Coparmex Torreón, cuatro representantes de organizaciones de la sociedad civil torreonense con el panista Rosendo Villarreal, de “Coahuila Observa” y con Armando Guadiana, de “Claridad y Participación Ciudadana”.
La reunión era para conocerse, pero “Chendo y Mando” de “afilados colmillos”, filtraron el encuentro a medios de comunicación y después boletinaron un acuerdo estratégico todavía inexistente.
¿Estará esta pareja de pilluelos desesperada? ¿Le apenará actuar de manera oportunista? ¿Le mortificará llevar tatuada en su frente la frase “¡Qué oso, Dios mío!”? De ninguna manera. Ambos saben, que la cacería de liderazgos a nivel estatal en organizaciones empresariales, ciudadanas, asistenciales, religiosas, profesionales, universitarias, deportivas y culturales ya inició.
En eso andan por Coahuila, en mayor o menor grado, Jericó Abramo, Hilda Flores, Javier Guerrero, Miguel Riquelme, Guillermo Anaya, Gerardo García, Isidro López (sobrino de Rosendo Villarreal), Armando Guadiana y Lenin Pérez.
Su razonamiento es puntual: Mediante esos liderazgos, pretenden armar redes al interior de la sociedad civil para fortalecer su posicionamiento político de cara a las próximas elecciones a la gubernatura. En ese sentido, el uso de las redes sociales será estratégico.
A la par de esa intención, los de origen panista e independentista, pretenden destapar el origen y destino de la deuda heredada por Humberto Moreira para provocar una crisis política que favorezca la alternancia electoral.
¿Qué ganan los liderazgos de la sociedad civil organizada ante esta cacería política? Nada, excepto ser carne de cañón de esos políticos que los utilizarán para apuntalar sus campañas. Y una vez finalizadas, definirán el futuro de Coahuila y sus 38 municipios como acostumbran, en negociación directa con los grupos de poder empresarial, político, religioso y mediático a nivel estatal, regional y municipal.
Es urgente que esos liderazgos de la sociedad civil organizada articulen de manera conjunta en Torreón y en Saltillo, por ejemplo, una agenda ciudadana que les permita dialogar con esos políticos, hoy simples “wanabees”, y algunos, futuros candidatos a la gubernatura, para negociar el mejor futuro para sus respectivas ciudades.
El tiempo corre. Y ya es demasiado tarde. ¿O, no?