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Carnaval de Venecia entre máscaras, policías y el temor al terrorismo
El temor por el terrorismo internacional no asustó al Carnaval de Venecia, donde como cada año se lleva a cabo una de las fiestas más populares y tradicionales de Italia, además de ser un imán para el turismo.
Para la edición de este "Carnevale" llegaron hoy a la ciudad de los canales llegaron alrededor de 100 mil personas, en búsqueda de diversión y de ser protagonistas del evento.
Hay disfraces y máscaras para todos los gustos, algunos suntuosos otros más humildes, algunos con reminiscencias históricas otros simplemente originales.
Como cada año uno de los disfraces más exitosos es el de los nobles (para los caballeros) y las damas (para las mujeres) del siglo XVIII, aunque también se ven muchos "elfos" y "frailes".
Por una de las tantas callejuelas de la ciudad circula por ejemplo un "Espartaco", quien pese al frío y a la espesa niebla tiene el pecho desnudo y que asegura a ANSA no tener problemas con el clima.
Cerca de él hay un "Vincent Van Gogh" con un disfraz lleno de telas, quien también está preparado para festejar y que hace caso omiso a las medidas de seguridad.
Desde muy temprano por la mañana la estación ferroviaria se llenó de gente: muchos jóvenes, grupos familiares con niños disfrazados, algunos ancianos.
Desde allí, los turistas o italianos que llegaron a la ciudad se dirigen a la Plaza de San Marcos u a otros puntos donde está el corazón del Carnaval.
Las calles que llevan a los lugares más concurridos tienen filas de serpentinas en el piso para indicar precisamente la dirección indicada.
Para entrar en San Marco se van formado colas, aunque todo procede de manera ordenada, bajo la atenta mirada de las fuerzas de seguridad local.
La policía municipal se encarga por su parte de ordenar a la muchedumbre y al tráfico peatonal.
Para poder ingresar por una de las cinco entradas de la espléndida "Piazza di San Marco" se forma igual un "tapón" que implica una espera de tres o cuatro minutos.
"Todo esto es normal, tras los atentados terroristas que tuvimos en París el pasado 13 de noviembre es algo lógico. Todos nosotros hemos cambiado de costumbres", afirma una pareja de parisinos a dos pasos de una de las entradas a la plaza, cerca del "Museo Correr".
Hay quien se queja por el pedido hecho por la policía de levantar las máscaras por unos segundos para poder ver el rostro de quien está a punto de entrar a San Marcos.
Las muchas carteras, mochilas pequeñas y otros bolsos que lleva la gente son controlados a través de pequeños "detectores de metales".
En algunos casos la policía hace los controles tradicionales, o sea verifica personalmente el contenido de los bultos.
"Nuestro objetivo es garantizar la máxima seguridad en un clima de serenidad y alegría. La imagen que queremos transmitir es la de una "fiesta segura" no la de una "con calles o plazas blindadas", indicó el jefe de la policía municipal, Marco Agostini.
Se llevó a cabo el tradicional "Vuelo del Angel", que de hecho abrió oficialmente el Carnaval, cuyo cierre está previsto para el 9 de febrero, y al que asistió, entre otras autoridades, el alcalde de la ciudad, Luigi Brugnaro.