Familias ‘invasoras’ no tienen techo; viven a un lado de fogata

Usted está aquí

Familias ‘invasoras’ no tienen techo; viven a un lado de fogata

Foto: Francisco Rodríguez
Son cerca de 30 jacales de familias invasoras que en estos días sufren las carencias de no tener casa propia

Familias 'invasoras' de terrenos al sur de Torreón, padecen las bajas temperaturas y luchan por calentarse con fogatas a la intemperie. Son cerca de 30 jacales de familias invasoras que en estos días sufren las carencias de no tener casa propia.

En una calle que no es calle, afuera de una vivienda que son tarimas de madera recogidas en un basurero, un par de vecinas se calientan con una fogata a la intemperie. “Mejor alrededor de la lumbrita porque hace mucho frío”, dice Cecilia, una señora morena que lleva apenas dos meses que llegó a esta zona en Valle La Rosita.

Antes vivía en una casa prestada en Monterreal junto a su esposo, albañil, y su nieta. Pero como ocuparon la casa no tuvo a dónde ir y llegó a estos terrenos en la periferia de la ciudad. “Venimos a sufrir y más en esta época”, comenta Cecilia. 

Foto: Francisco Rodríguez

- ¿Cómo le fue con el frío, vecina? –le pregunta una mujer que llega con un montón de chiquillos.

- Sobrepasándolo… aquí en el fuego –le responde Cecilia.

- Ande, yo también, ahí están todos los niños enfermos.

La casa de Cecilia no tiene techo, es apenas un cuadro delimitado por maderos alrededor. Sobre ellos, en un futuro, colgarán cartones, lonas o láminas. Por lo pronto, únicamente el espacio imaginario. Medio duermen en sillas alrededor de la pequeña fogata.

- ¿Por qué mejor no van a un albergue? –le pregunto a Cecilia.

- Es que luego se roban las tarimas, los postes o lo poquito que uno tiene amontonado.

Es tanta la necesidad, dicen, que hasta las tarimas de madera se roban de las tierras irregulares. 

Mayela es otra vecina que vive en un jacal un poco mejor acondicionado: lonas y cartones moldean su jacal. “Yo vivía arrimada con mi hijo pero ya llegó la esposa y pues ya no cabemos y me vine acá con mi esposo”, cuenta Mayela. Su esposo también es albañil. 

Mayela y su familia tienen dos meses de haber ‘invadido’ el lugar y junto a otros ‘paracaidistas’, ya suman 30. A lo lejos, un par de señores clavan las lonas a las tarimas para cubrir del frío. Son sus paredes.

“A veces sí viene desarrollo (Desarrollo Social del municipio) y trae cobijas o lonas pero ahora no han venido. También necesitamos tablas para formar el jacal”, dice Mayela. “Nos tenemos que aguantar en los jacalillos, todos amontonados”, añade.

Cecilia asegura que hace unos meses el gobernador de Coahuila se comprometió a regularizarlos; “ahora que estuvo inaugurando puentes fue lo que nos prometió”, dice. Por lo pronto, en Torreón, donde el miércoles bajó el termómetro a los cuatro grados centígrados, familias invasoras viven a lado de una fogata.