Un juez de control le dictó auto de vinculación a Genaro A. B. Ramírez, propietario de la casa de citas que fue reventada por personal de Investigaciones Especiales de la Procuraduría General de Justicia del Estado; se le acusa del delito de explotación sexual en contra de una víctima.

Según la causa penal 20/2016, las autoridades se basaron en las denuncias que interpusieron tres de las trabajadoras del 
negocio disfrazado como sala de masajes que se anunciaba vía internet y mediante tarjetas de presentación.

Una de las victimas -en su denuncia- aseguró que en agosto de 2015 solicitó empleo como masajista en el local ubicado en el cruce de Egipto y Bernardo de Reyes, en la colonia Virreyes Pensiones, donde contactó a Genaro.

El dueño le planteó inicialmente que se dedicaría a dar masajes terapéuticos. Al cumplir su primera semana en el empleo, el dueño le propuso un sueldo cobrar una tarifa de 700 pesos y otros 400 de comisión por hacerle sexo oral a sus clientes.

Al rechazar la oferta, el dueño de la casa de citas la amenazó con privar de la libertad y hacerle daño a su hijo enfermo.

Durante cinco meses aguantó todo tipo de vejaciones y hasta tener que trabajar “gratis” pues varios clientes solían no pagar los servicios por tratarse de favores hacia amigos del propietario, a quienes identificó como integrantes de  corporaciones policiales y militares.

Otra de las víctimas dijo que se enteró de que había empleo como recepcionista en un anuncio de un periódico. Genaro le dijo que se iba a encargar de programar citas a los clientes vía internet.

Sin embargo, a la semana el dueño del negocio le cambió de horario y le dijo que por las noches iba a dar masajes y sexo oral a los clientes; al tratar de huir, también fue víctima de amenazas de muerte.

Sin embargo, el juez desestimó los cargos de trata de personas y lenocinio. Se estableció un plazo de tres meses para que la PGJE concluya con la investigación.