CIUDAD DE MÉXICO.- Joaquín El Chapo Guzmán no podrá ser extraditado de forma inmediata a Estados Unidos debido a una resolución judicial concedida, en octubre pasado por un juez federal, quien congeló la orden de captura con fines de extradición girada en su contra.

Sin embargo, el propio defensor del líder del Cártel del Pacífico, Juan Pablo Badillo, puso en riesgo el futuro de su defendido debido a que, ante el juzgado federal que ordenó su detención, no se encontraba acreditado como su abogado.

“El licenciado Juan Pablo Badillo Soto no tiene la calidad de defensor del directo quejoso. Se ostentó como defensor particular de Guzmán Loera sin que tal calidad estuviera reconocida en el expediente de extradición 3/2001-II, del registro del Juzgado Tercero de Distrito de Procesos Penales Federales en el Distrito Federal, del que deriva la resolución reclamada”, señaló el juez de amparo.

Para evitar que el amparo fuera rechazado por el juzgador, el abogado Badillo Soto interpuso una queja ante un tribunal colegiado con el objetivo de ser finalmente acreditado como defensor de El Chapo y evitar así la extradición de su cliente a la Unión Americana. Se prevé que el asunto se resuelva en los próximos días.

De acuerdo con registros de juzgados federales en posesión de Excélsior, entre 2014 y 2015 Guzmán Loera ha tramitado una decena de amparos que buscan frenar cualquier intento de extradición.

Tras analizar algunos de los amparos interpuestos por El Chapo Guzmán, Excélsior informó en agosto pasado que los principales temores del líder criminal son la pena de muerte, la tortura, la extradición y el ser “abatido” por grupos rivales.

Con la interposición de amparos para evitar ser llevado ante la justicia estadunidense, El Chapo quiere evitar ser torturado a efecto de declararse culpable por los delitos que se le imputan e incluso tiene miedo a que en la Unión Americana le apliquen la pena de muerte.