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Las "estrellas falsas" más famosas de las redes sociales
Las redes sociales representaron un nuevo paradigma en la relación entre las celebridades y sus fanáticos. La posibilidad de un contacto directo de los famosos con sus seguidores dejó en el camino a intermediarios (llámese medios de comunicación) y permitió que el vínculo fuera mucho más transparente. Sin embargo, esta nueva modalidad de diálogo abrió una nueva puerta: aquellos imitadores que se hacen pasar por estrellas y, al menos en Twitter o Instagram, pretenden llevar la vida de sus ídolos.
Los llamados "Faker Celebs" son veinteañeros, treintañeros o cuarentones que decidieron crear una cuenta falsa de una celebridad y "vivir" su vida en las redes sociales como si fuera la estrella mundial.
La peculiaridad de estas personas es que ni siquiera intentan engañar a los demás ni hacerse pasar por las figuras. Desde un primer momento dejan en claro que se trata de una cuenta falsa y su uso responde a la mera diversión.
De la canción al escenario
Laura, una estudiante de 20 años, creó la cuenta de la cantante Perrie Edwards, de la banda británica Little Mix, llamada @FakePerrieLM. En ella, la joven comparte momentos de su vida, como si salieran de la boca y la propia experiencia de la artista.
"Yo tengo mucho que ver con Perrie. Estamos felices y tristes al mismo tiempo. Lo veo en ella y lo siento en mí también. Por eso es mi referencia. Cuando ella se separó de su último novio, lo sentí como propio", dijo la joven inglesa.
Laura reconoció que su "alter ego" es utilizado para poder expresarse con libertad y sin temores sobre lo que le pasa en su vida. Dijo tener un gran problema para digerir la posible recepción de sus comentarios en amigos o familiares.
"Yo no trato de engañar a nadie. No me hago pasar por Perrie ni busco que nadie se confunda. Por eso en mi cuenta aclaro desde un principio que se trata de una cuenta falsa. Es una manera de demostrar mi admiración hacia ella", dijo Laura.
Otro de los casos más resonantes es el de Christopher, que creó una cuenta llena de parodia del actor Bill Murray (@BillMurray) y recogió nada menos que medio millón de seguidores en breve tiempo.
En su perfil de la cuenta lo deja claro: "Yo no soy Bill Murray. Es una cuenta en broma y no está relacionada de ninguna manera con Bill".
"Bill es un personaje que hizo reír a todos a lo largo de su carrera y a mí me encanta hacer humor. Creo que ponerle una cara a mi manera de divertirme era el mejor modo para mostrarme en las redes", explicó el "apropiador" de la cuenta del comediante.
Christopher, que es empleado de una agencia de seguros en Chicago, se declaró un fan del actor y reconoció que una vez, el departamento de prensa del artista se puso en contacto con él para reconocerle el buen sentido del humor de la cuenta y agradecerle la aclaración de que se trata de una cuenta falsa.
Otras grandes cuentas "fake" que circulan en Twitter e Instagram son las de Christopher Walken (que fue cerrada recientemente), la del director de cine Michael Bay, en la que se hace alarde exagerado de todos los logros alcanzados por el cineasta, el caso del conductor Stephen Colbert, que paradójicamente tiene más de diez cuentas falsas.
Mix de egos
Una de las cuentas falsas que más brilló a lo largo del último año fue creada por Sophie, una estudiante universitaria de California, que creó la cuenta de Twitter @KimKierkegaardashian, que es precisamente una mezcla de las personalidades del legendario filósofo Soren Kierkegaard y Kim Kardashian.
"La filosofía de Soren Kierkegaard mezclado con los tweets y las observaciones de Kim", describe el perfil de la cuenta.
"Es una manera de exponer mi diversión. Yo soy muy tímida en los encuentros con la gente y siento que ahí es donde puedo expresarme con más facilidad. Es humor 'naif' en el que buscó desdramatizar un poco todo el show y circo que se arma en internet ante cada intervención de una personalidad como Kim Kardashian", explicó Sophie.
Para los especialistas, el uso de cuentas falsas responde a una necesidad exclusiva de atención. Elle Boag, psicoanalista de la Universidad de Birmingham, explicó: "La gente se siente muy sola a veces. No tienen un gran número de amigos en su vida y por eso necesitan escudarse en quienes ellos no son. Los famosos ya tienen cierto estatus, por eso, hacerse pasar por esa persona genera una suba en el autoestima".
Por su lado, Judith Donath, especialista en las relaciones humanas mediante internet de la Universidad de Harvard, explicó: "En un mundo donde la moneda más importante es la atención, los famosos son los grandes ganadores. Si una persona normal dice una barbaridad, será condenada de inmediato. Si eso lo dice una celebridad, esos comentarios se matizarán. La gente busca sólo aceptación".