Invierno y verano. El día más corto del año y el día más largo. Todo depende de en qué hemisferio nos encontremos.

Por milenios, las culturas alrededor del mundo han observado este día como un evento sagrado. En el hemisferio norte, el solsticio ocurre el 21 o 22 del último mes del año, cuando el sol aparece en el punto más al sur del firmamento. En el hemisferio sur es exactamente al revés.

Los pueblos antiguos, dependientes del conocimiento lo más exacto posible de los ciclos agrícolas, marcaban este primer día de invierno con celebraciones y ceremonias más o menos elaboradas.

Espiritualmente, los ritos simbolizan la oportunidad de renovarse, dejar atrás los malos hábitos y los sentimientos negativos y son una oportunidad de fomentar la esperanza mientras los días vuelven a alargarse. La mayoría tiene que ver con la fertilidad o cuestiones religiosas.

El más popular de la actualidad se realiza en Stonehege, en Salisbury, sur de Inglaterra. Miles de personas peregrinan cada año hasta el lugar para celebrar el día más corto del año, convencidos de que esas formaciones de piedras fueron hace más de 4.000 años un centro astronómico o espiritual. 

Sol quieto

El inicio de la estaciones viene dado, por convenio astronómico, por aquellos instantes en que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el caso del invierno, esta posición se da en el punto de la eclíptica en el que el astro alcanza su posición más austral. El día en que esto sucede, el Sol alcanza su máxima declinación Sur, -23º 27,' y durante varios días su altura máxima al mediodía no cambia.

Esta situación de inmovilidad aparente es la que define la palabra latina solsticio, cuya traducción aproximada sería "Sol quieto" o "el Sol se detiene".

Un solsticio es distinto a un equinoccio, que también se presenta dos veces al año cuando el Sol está directamente sobre la línea del ecuador y la noche y el día tienen la misma duración. Los equinoccios marcan el inicio de la primera y el otoño.

Luna llena navideña

Esta Navidad tendrá una particular luna llena, fenómeno que no se producía desde 1977 y no volverá a producirse hasta la de 2034. Por otro lado, la primera lluvia de meteoros importante del invierno será la de las Cuadrántidas, en apogeo hacia el 3 de enero.