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El mundo se divide en tres bloques culturales: embajador de México en EU
Washington.- El embajador de México en Estados Unidos, el doctor Miguel E. Basáñez, divide el mundo en tres grandes bloques según el valor que prima en cada cultura, una tesis que desarrolla en un ensayo que presentó hoy en Washington y que quiere ser una guía para mejorar las relaciones diplomáticas.
El libro, "Un mundo de tres culturas", ofrece "una propuesta para los organismos internacionales y los tomadores de decisiones", que quiere ser una guía útil para la gestión de las relaciones diplomáticas, explicó hoy Basáñez en el Wilson Center de Washington.
Según el ensayo, la cultura del honor es la que prioriza la autoridad política, mientras que la cultura del logro enfatiza el avance económico y, por último, la cultura del disfrute se focaliza en las interacciones sociales.
A partir de una extensa recopilación de datos de Gobiernos, diversas ONG y la encuesta mundial de valores, el embajador dibuja un nuevo mapamundi en función de en qué regiones prima el honor, el logro o el disfrute.
Así, Basáñez, embajador en la capital estadounidense desde septiembre de este año, da continuidad a su carrera académica, a la que se dedicó durante más de cuatro décadas.
Especializado en el estudio de la opinión pública, alimentó con datos y estadísticas una curiosidad surgida con el primer "shock" cultural en su temprana juventud, cuando en 1973 llego a Inglaterra y puso el pie en Europa por primera vez.
"Todas las tribus humanas venimos del honor", sin embargo, tras la revolución industrial, se produce una escisión de "los países mejor posicionados para el éxito en la persecución de los bienes materiales, que son Inglaterra y sus colonias", que dan origen a la cultura del logro.
No es hasta que finaliza la Segunda Guerra Mundial cuando "se empieza a cuestionar la pertinencia de un equilibrio: ni tanto honor ni tanto logro", lo que origina en los países latinos y el sur de Europa la cultura del disfrute, de la misma manera que ya existen evidencias de la misma en los países asiáticos donde predomina el budismo, explicó el profesor.
Sin embargo, el autor sostiene que "no hay países de culturas monolíticas" pese a que un valor predomine sobre los demás, y que los inmigrantes se convierten, a su regreso, en "un pivote de cambio" por la "explosión de desarrollo" que provoca su enriquecimiento en el extranjero.
"La importancia de los segmentos reside en que lo que se emite desde una cultura puede ser entendido de la manera opuesta desde la otra", alertó el embajador sobre las posibles trabas comunicativas, que pueden arruinar conversaciones a pesar de que ambos interlocutores estén de acuerdo en la esencia.
Ante ese peligro, su ensayo emerge como una suerte de herramienta de patrón para la "traducción" de los diferentes marcos de pensamiento que, más allá de la identificación y el análisis, busca la aplicación práctica.
Además, según su teoría, la velocidad de la evolución económica, social y cultural se desarrolla según diferentes patrones en función de si se trata de un sistema fundamentado en el honor, el logro o el disfrute.
A su turno, el embajador mexicano en EE.UU. se comprometió a aplicar sus propios consejos, ya que ambos países tienen "una relación intensísima en lo político, económico y social que hace que estemos en un barco común que es del interés de los dos que sea de lo mejor de este planeta", concluyó.