Somos víctimas del futuro, desde hoy

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Somos víctimas del futuro, desde hoy

El problema fundamental de la economía radica en encontrar un punto de equilibrio entre el desarrollo y la protección al medio ambiente. En este sentido, el pasado jueves 3 de diciembre, el sector empresarial mexicano hizo un llamado al presidente Peña Nieto y a los legisladores a establecer una mesa de diálogo sobre la Ley de Transición Energética.

Los industriales de este país están inconformes por los términos en que fue aprobado el dictamen de la iniciativa de Ley en el Senado, y exigen se abra el asunto a un debate en donde se analicen los costos e impactos que esta Ley traería para el país.

Los capitalistas mexicanos están preocupados por los compromisos contraídos por el Gobierno mexicano para la reducción de emisiones contaminantes, compromisos que están inclusive muy por encima de los que asumen los países competidores. Ponen como ejemplo a China y Estados Unidos como las potencias que más emisiones de gases efecto invernadero arrojan al ambiente, y que son al mismo tiempo las que menos compromisos asumen en este delicado tema.

Desde finales de la década de 1960 se empezaron a encender las alertas sobre los efectos que estaba causando el consumismo, de un capitalismo hedonista que olvidó que los recursos son finitos. Sin embargo, la sociedad industrial continuó en su loca carrera hacia el precipicio del progreso. 

Están para refrescar la memoria los resultados de las investigaciones publicadas por los científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts en 1973, donde advierten ya desde entonces, hace casi ya medio siglo, sobre la necesidad de quitar las espuelas y ponerle frenos al desarrollo.

Más tarde, en 1992, en la Cumbre de Río de Janeiro, Fidel Castro, como si fuera un predicador en el desierto, acusó al sistema industrial de generar pobreza y destrucción: “…las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la humanidad. 

“Con sólo 20 por ciento de la población mundial, ellas consumen las dos terceras partes de los metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en el mundo. Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire… han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer… Los bosques desaparecen, los desiertos se extienden, miles de millones de toneladas de tierra van a parar cada año al mar…”.

Está de más añadir que en el sistema industrial están incluidos tanto los países capitalistas como la comunista China; en cuanto al resto de los países socialistas, como Yugoslavia y la propia Cuba, sólo se dedicaron a generar pobreza para sus propios habitantes y desestabilización militar y política para los países vecinos suyos.

La Iniciativa de Ley de Transición Energética se enmarca en los acuerdos internacionales de los que el Gobierno de México participa, para evolucionar a una sociedad que vaya disminuyendo las emisiones de carbono. Las economías de algunos países crecen; también crecen las acciones de las compañías dominantes impactando el medio ambiente.

Es necesario que los Estados-nación implementen políticas públicas más rigurosas para proteger los bienes comunes: agua, aire, suelos, bosques, costas, especies marinas, etcétera, bienes que han sido sobreexplotados por los particulares, pasando por encima del interés social.

La generación actual está obligada a crear una tendencia de desarrollo sostenible para aprovechar más los recursos naturales, agua, aire, sol, suelo; y empezar a prescindir de los combustibles fósiles, motor de la industria que hoy debe tener una participación en la elaboración de leyes sobre el medio ambiente.

México está comprometido a evolucionar hacia una sociedad con bajas emisiones de gases de efecto invernadero; y para lograr una sociedad más justa, la participación de la sociedad es imprescindible: el tema del cambio climático nos involucra a todos.

www.jesuscarranza.com.mx