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Después de 40 años, Sony ya no fabricará cintas Betamax
La multinacional japonesa de productos electrónicos Sony dejará de producir las cintas Betamax. Así lo anunció la compañía, y con ello dio por acabada toda una era.
Este formato fue el líder del mercado hasta que perdió cuota ante un fuerte competidor, el VHS. Y aunque fue derrotado en esa batalla, ganó otra: una cruenta guerra en los tribunales contra los gigantes Universal y Disney, quienes lo acusaban de infringir los derechos de autor de películas y programas.
Sony introdujo el Betamax al mercado en 1975, como la alternativa para video del clásico casete compacto de audio de Phillips.
El producto de Sony tuvo el mercado de la videograbación solo para él durante casi un año, hasta que JVC y Matsushita (Panasonic) lanzaron el VHS. Con ello inició una guerra entre ambos formatos, que terminó perdiendo Sony.
Hubo otro factor que hizo que Betamax empezara a perder cuota de mercado. En 1979 Universal Studios y The Walt Disney Company acusaron a Sony de infringir con Betamax el derecho de copia de los programas de televisión y de películas.
Pero cinco años después, el 17 de enero de 1984 la Corte Suprema de Estados Unidos le dio la razón a Sony. El máximo tribunal del país consideró que grabar contenidos para verlos después de forma privada cumplía con el uso que permitía la ley de protección de la propiedad intelectual de la época.
Desde el lanzamiento del innovador formato Sony siguió sacando al mercado aparatos compatibles con el formato y fue añadiendo a éste tecnologías que aumentaban sus prestaciones.
Sony dejó de fabricar el último equipo para reproducir el formato Betamax en 2002, pero al día de hoy se pueden comprar por internet, en tiendas como Amazon.
"Sony dejará de distribuir los casetes de video Betamax y los microcasetes MV en marzo de 2016", informó la compañía a través de un comunicado en japonés.
Lo hará después de haber vendido 18 millones de unidades de ese formato en todo el mundo, según datos de la propia empresa. Así termina historia que, curiosamente, ya parecía acabada tras la revolución digital.