Por Erika Otero Romero, Familias.com

¿Te vas a casar? Permíteme felicitarte, ya que es un paso que llena de felicidad y ansias por iniciar una nueva etapa en la vida junto a alguien que amas y te ama. Pese a ese afecto mutuo y a que creas que conoces a tu futuro compañero de vida, siempre existen miedos e incertidumbres sobre el futuro. Pero relaja el paso, ya que es normal que al enfrentarse a una aventura nueva, la inseguridad esté a la orden del día.

Para ir un paso adelante de los miedos inexplicables y darte un poco de calma, hay algo que puedes hacer y consiste en realizar a tu prometido una serie de preguntas que te ayudarán a dilucidar el panorama que te puede esperar durante el matrimonio. Por eso, a continuación te presento una serie de interrogantes que puedes realizarle a tu futuro esposo (no todas de una vez, desde luego), y así tendrás mayor seguridad en el paso a seguir.

1. ¿Por qué me amas?

Pregunta sencilla pero que implica mucho, ya que en primera instancia, puede parecer que amas a alguien porque sí. Pero seguro que esa respuesta no te va a satisfacer: amas a tu pareja porque gracias a sus actos y detalles inspiró en ti ese sentimiento, y como era de esperarse, respondiste de igual manera. Sin embargo, puede ocurrir que tu pareja no tenga palabras para expresar las razones por las cuales te ama y eso no necesariamente es malo, ya que si las palabras son remplazadas por actos que lo apoyen, con seguridad tendrás claro que su amor es sólido. Así, podrá transformarse en algo mucho más duradero y fuerte con el paso de los años, después que haya pasado la emoción inicial.

2. ¿Qué te lleva a querer pasar el resto de tu vida conmigo?

Si la respuesta que recibes a esa pregunta es un simplón "Porque te amo", entonces navegarás por el mar de la incertidumbre. La respuesta ideal debería incluir un: "Tengo algunas metas por alcanzar que me gustaría lograr contigo y espero poder serte de ayuda para que alcances tus sueños y, ¿por qué no? juntos construir un destino que nos ayude a crecer y ser felices". Es justo que tengan metas individuales que a la larga les beneficien a ambos porque son pareja, pero es lógico que también esperes que comparta contigo las experiencias importantes, eso es lo que hace la diferencia.

3. ¿Crecerás conmigo y permanecerás a mi lado pese a las dificultades?

Si te responde que de eso se trata el matrimonio, vas por buen camino. Con el paso de los años, a muchos matrimonios les ocurre que en lugar de ser más unidos y amarse más, la rutina y los problemas los van distanciando. Para que esto no ocurra, la pareja debe empezar a fortalecerse desde el mismo inicio del matrimonio, luchando juntos porque sus inseguridades se vuelvan fortalezas y esforzándose por permanecer unidos, amándose y apoyándose en los malos tiempos.

4. ¿Estarás dispuesto a ceder en algunas batallas para conservar la paz?

El egoísmo no funciona en el matrimonio, así que un tire y afloje para ver quién gana la batalla no es buena idea. Si eres competitiva, el matrimonio no es una buena opción para demostrar cuánto lo eres.

Para que las cosas funcionen bien entre ambos, el secreto está en no ser radical en una opinión. Esto siempre genera inconvenientes; piensa que una opinión no es buena ni mala, y a veces debes reconocer que no siempre tienes la razón.

5. ¿Estás preparado para ser un buen padre?

Quizá sea algo difícil de responder, pero si tu pareja ya he decidido que está dispuesto a dar lo mejor de sí, seguro que lo hará, porque ser buen padre o madre es algo que se decide y se actúa en consecuencia; no hay otra manera de hacerlo.

6. ¿Te esforzarás por demostrarme cuánto me amas?

Seguro que si tu prometido lo hace durante el noviazgo, no verá reparo en demostrártelo durante el matrimonio. Los hombres no suelen ser tan expresivos como las mujeres, pero tampoco son de piedra; no solo se trata de palabras, sino de hechos y es posible que esos actos tengan mucho más valor que lo que sale de la boca.

7. Si muero primero, ¿estarás conmigo hasta el fin y después continuarás viviendo por ambos?

El amor es amor y no deja de ser. Es para las buenas y las malas, y cómo no esperar ser amado hasta el fin de los días, sujetando la mano de la persona que te amó hasta el último minuto de vida. Nadie debería pasar por esa transición solo y lo más normal es que esperes que la persona con la que compartiste la vida este a tu lado cuando tengas que partir de ella.

Entonces, ¿ya le hiciste estas preguntas? ¿Cuáles agregarías tú?