Famosas levantan la voz por equidad femenina

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Famosas levantan la voz por equidad femenina

Dan su opinión. Foto: Internet
Mujeres del espectáculo mexicano coinciden en terminar con estereotipos y lograr una igualdad de género en la sociedad
Salario. Aunque en todas las áreas la diferencia salarial entre hombres y mujeres es notable, en el caso de los actores llegan a cobrar hasta 85% más que las actrices, según el Departamento de Estadísticas Laborales de Estados Unidos

MÉXICO, D.F.- Abogadas, doctoras, cantantes, músicas, actrices, periodistas, diseñadoras, telefonistas, presidentas, contadoras, peinadoras, ayudantes del hogar y una larga lista de profesiones y oficios que hacen a una mujer trabajadora y, por consecuencia, receptora de un salario.

Sin embargo, en la mayoría de los rubros, sino es que en todos, no hay igualdades salariales y de oportunidades en comparación con los hombres.

Lo dicen ellas, y también los números. Robert Downey Jr. fue catalogado como el actor mejor pagado de 2015 con ingresos de 80 millones de dólares, en comparación con Jennifer Lawrence, quien obtuvo 52 millones en el mismo periodo. No por nada, hace un mes, la actriz escribió un artículo en el que mostraba su inconformidad.

La razón, en sí, no fue la diferencia entre sus ganancias y las del protagonista de “Iron Man”, sino que tras la filtración de unos correos luego del hackeo a la compañía Sony el año pasado, descubrió que tanto a ella como a su compañera Amy Pascal, les habían pagado menos en comparación de actores como Bradley Cooper, en la cinta “Escándalo Americano”.

Según el Institute for Women’s Policy Research, con sede en Washington, las mujeres no ganarán lo mismo que los hombres hasta 2058 y aunque en todas las áreas la diferencia salarial es notable, en el caso de los actores llegan a cobrar hasta 85% más que las actrices, según el Departamento de Estadísticas Laborales en Estados Unidos.

Así como sucede en Hollywood, México no es la excepción. Mujeres del medio del espectáculo y la cultura, entrevistadas por Función, coinciden en que no es un problema específico del llamado show business, sino de la sociedad en general.

La actriz Cecilia Suárez comparte que, por fortuna, no se ha enterado que un hombre gane más que ella por el mismo trabajo, aunque sabe que se da.

“No es sólo un problema del espectáculo, sino de la sociedad. Es un círculo vicioso en el que la televisión refleja a la sociedad y ésta refleja lo que aprende en la televisión y parece que no se acaba nunca. Creo que sería una responsabilidad de quienes generan los contenidos el hacer consciente este problema y tener esa perspectiva de género cuando se escribe.

“Equilibrio en los personajes y las historias que se cuentan, los mensajes que se están mandando al espectador que a veces son muy poderosos y que influyen en su conducta”.

Estoy muy contenta como mujer, que no significa que voy a permitir que se me maltrate por eso”
Cecilia Toussaint, cantante

Escritora, actriz y directora, Ana Francis Mor, quien forma parte del colectivo cabaretero “Las Reinas Chulas”, expone otro ejemplo. En su convocatoria, la Compañía Nacional de Teatro dice que debe haber la mitad de actores y la mitad de actrices. Lo respetan, enfatiza, pero uno de los principales problemas es que en la dramaturgia hay papeles mucho más interesantes para hombres que para mujeres.

“El primer ejemplo que se me ocurre es William Shakespeare. Si analizas sus obras vas a encontrar 80% de personajes para hombres muy interesantes y 20% para mujeres. El único personaje que me viene ahorita a la memoria tremendamente interesante para hacerlo es Lady Macbeth, en cuanto a nivel de complejidad y número de escenas que aparece.

“Siempre hago una comparación entre Hamlet y Ofelia; ésta tiene tres escenas y la comparación es ínfima respecto a él... y así la que quieras. Tú dices ‘¡Shakespeare era un machista!’ Pues no, ¡el mundo es machín!, punto”.

DISCRIMINACIÓN

Uno de los beneficios que la opresión ofrece a los opresores, escribe Simone de Beauvoir en su libro “El Segundo Sexo”, es que el más humilde de ellos se siente superior.

“Un pobre blanco del sur de Estados Unidos tiene el consuelo de decirse que no es un sucio negro. Los blancos más afortunados explotan hábilmente este orgullo. De la misma forma, el más mediocre de los varones se considera frente a las mujeres un semidiós”, cita De Beauvoir.

Cecilia Suárez fue buscada en tres ocasiones para hacer un casting sobre una serie que se grabaría en Colombia. Ella se negaba debido a que en ese tiempo amamantaba a su hijo. Ante la insistencia del director y productor, pidió como condición un tiempo determinado para alimentarlo y viajar al país sudamericano con una nana. Para su departamento pidió una lavadora y una secadora.

“Pero después de la primera semana (me dijeron que siempre no) y así se me explicó, que por amamantar se les estaba yendo mucho tiempo y que no habían calculado bien eso. Me ofrecieron una compensación con la condición de que yo no mencionara el asunto públicamente, cosa que rechacé.

“Es indignante que el ser madre sea considerado una cosa secundaria o el amamantar a un hijo sea un asunto de importancia menor; me parece terrible. A las únicas que se les ve trabajando con hijos es a las mujeres, porque ¿cuándo has visto a un hombre trabajando con un hijo al lado? Esto quiere decir que el  tener hijos sigue siendo percibido como una actividad del sexo femenino”.

Caso contrario es el de la actriz Tiaré Scanda, quien considera su caso como atípico, ya que creció con una mamá empoderada.

“Mi mamá fue madre soltera, abogada, estuvo en muchos puestos en los que le tocaba ser jefe de oficina, tenía muchos empleados hombres y digamos que viví en un mundo al revés.
“Eso me forjó un carácter en el que es muy difícil en el que alguien me haga sentir menos porque crecí con una sensación de mucho orgullo por ser mujer y cuando te plantas así, es difícil que alguien te niegue ese derecho”, comenta.

Más que por su género en un ambiente artístico, la cantante Cecilia Toussaint vivió la discriminación por ser madre soltera. Cuando su hija María tenía cinco años, juntas buscaban un departamento, pero fue difícil porque, recuerda, “era madre soltera, encima cantante de rock y no era de fiar”.

Creció en un espacio lleno de hombres; es la única hija mujer y aprendió, dice, a moverse entre el mundo masculino.

La menor de la dinastía Toussaint comenzó su carrera en los años 80 en un mundo dominado por hombres. Pocas eran las mujeres que se adentraban en él, y aunque nunca fue discriminada, sí fue complicado porque existía esa sensación de que se “es menor, que tienes otras capacidades y ciertamente sí.”

“A mí no me interesa ser hombre. Estoy muy contenta como mujer, que no significa que voy a permitir que se me maltrate por eso, así que tuve que ponerme al tú por tú.”

Más allá de la cuestión de género, la discriminación hacia ella ha sido generacional, “ahí sí se sufre todos los días”.

“En el mundo actoral es tremendo si tienes más de 45 años, casi tienes que ir pensando en retirarte, cuando justamente es el momento en donde mejor estás porque tienes una enorme vivencia y experiencia.

“Es muy fuerte ver cómo van discriminando a la gente mayor en este país”, subraya.

Es indignante que el ser madre sea considerado una cosa secundaria o el amamantar a un hijo sea un asunto de importancia menor”
Cecilia Suárez, actriz

La actriz Ana Francis Mor comparte con Excélsior que es víctima de discriminación todos los días. Destacada en el medio teatral, recuerda que para que los técnicos de la primera obra que dirigió le hicieran caso, tuvo que llegar con un escote amplio.

CAMBIO CON EDUCACIÓN

Desde septiembre del año pasado, la actriz Emma Watson es Embajadora de Buena Voluntad de ONU Mujeres y encabeza la campaña HeForShe (Él Por Ella), en la que busca la igualdad de género en todos los aspectos de la sociedad, e invitando a hombres de todas las edades para que sean defensores de ello.

En nuestro país, para combatir el problema, coinciden Scanda y Toussaint, el primer paso es a través de la educación, aunque suene a cliché. Scanda platica con su hija de 12 años y si una escena en televisión le parece excesiva, no pierde oportunidad para hablarlo con ella.

“Una vez en una serie gringa había unos hombres en un table (dance) y le expliqué por qué eso está mal. Por qué esos señores van a un lugar en donde las mujeres son objetos decorativos y por qué es triste que ellas se asuman como tal y sigan perpetuando ese trato.

“Siento que es otra labor que debemos hacer hombres y mujeres conscientes de no dejar pasar con normalidad esas imágenes con los niños y explicarles que eso no puede ser normal. Se ha dicho mucho, pero es difícil ponerlo en práctica, darle a los hijos tiempo de calidad, que si trabajas todo el día y los ves poco o los fines de semana, hay que hacer un esfuerzo extra”, explica.

Además de los cambios a través de la educación, Ana Francis Mor propone hacerlo mediante la narrativa, por ejemplo, de las obras de teatro.

“De hombres que lloran, que tienen miedo o se preguntan cosas del amor; o de mujeres que no están enamoradas y de lo que quieren en la vida y no poner siempre a la mujer al cuidado de la casa con un mandil o si su conflicto existencial es por si son mamás o no”, recomienda.

Scanda cree que algún día la situación cambiará, y lo desea. Educa a su hija para que se apropie de sus derechos y no permita que alguien se los niegue. Mientras, desde hace algunos años escribe formalmente y toma talleres de guionismo y dramaturgia para que cuando esté lista, proponga “cosas que valgan la pena”.

“Pienso en mi futuro como actriz, no me quiero esperar a ver qué personajes me ofrecen los productores. Quiero tener mis proyectos y poder llamar a otras actrices que admiro de mi generación y saber que va a haber una fuente de trabajo digna y placentera para nosotras”, enfatiza.

Suárez reconoce que la labor de las propias mujeres es una manera de moverse sin depender del otro, aunque le parece importante entender que se trata de un problema colectivo.

“Si se cree que los hombres no padecen por esta educación machista que se les ha venido inculcando ancestralmente, pienso que es un error, ellos también padecen aún la falta de entendimiento de equidad, y como comunidad, lo padecemos todos”, concluye.