México, DF. Al menos cuatro estudiantes de la normal rural Isidro Burgos de Ayotzinapa, sobrevivientes del ataque en Iguala del 26 de septiembre de 2014, colaboran con la Procuraduría General de la República (PGR) en calidad de testigos protegidos.
La versión pública del Expediente Ayotzinapa, revisada por 24 HORAS, revela que uno de los normalistas colabora bajo la clave de identidad protegida ANCA, como parte de la carpeta de investigación PGR/SEIDO/UEIDMS/849/2014, abierta por la desaparición de 43 normalistas.
Una de las hipótesis señala que los estudiantes, quienes viajaban en cuatro autobuses, fueron atacados por policías de Iguala y después entregados a sicarios del cártel Guerreros Unidos, quienes los incineraron en el basurero de Cocula y arrojaron sus restos al río San Juan.
Sobre lo sucedido la noche del 26 de septiembre y madrugada del 27, el testigo protegido ANCA manifiesta que horas antes del ataque Bernardo Flores, líder de los estudiantes y apodado el Cochiloco, les pidió a él y otros compañeros que los acompañaran por unos camiones.
“En una asamblea de la Federación de Estudiantes Campesinos de México se acordó que la normal iba ser sede de la marcha del 2 de octubre en la Ciudad de México”, es decir, que estudiantes de otras partes de la República llegarían a la normal Isidro Burgos, en Guerrero, para partir en caravana a la capital del país. El testigo protegido continúa su relato: “Alrededor de 90 o cien alumnos de primer año abordaron los autobuses Estrella de Oro”.
Los dos autobuses Estrella de Oro, dijo el estudiante, “tenían como destino el Rancho la Cura y el otro la caseta que se ubica en el municipio de Iguala”. En esos puntos alrededor de 100 normalistas pretendían apoderarse de más autobuses para utilizarlos en la caravana que viajaría a la Ciudad de México.
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El autobuses donde viajaba el testigo ANCA se dirigió a la caseta de Iguala, en ese punto estuvieron estacionados por un lapso de 40 minutos, “en ese lapso me percaté que se encontraba la Policía Federal bajando a los pasarejos y regresando a los autobuses de la línea Estrella de Oro y Costaline no permitiéndoles el cruce por la caseta, por tal motivo la gente se bajaba y cruzaba la caseta caminando”.
Alerta
De acuerdo con la narración del estudiante, que ahora colabora con la PGR, el normalista que lidereaba el grupo y apodado el Cochiloco recibió una llamada de otros de sus compañeros, quienes se encontraban en la Central de Autobuses de Iguala.
“Que junto con otros alumnos se encontraban en la central a bordo de un autobuses Costaline y que no los dejaban bajar”. Ante ello, el Cochiloco llamó a los normalistas que se encontraban en Rancho la Cura y les ordenó que también se dirigieran a la Central de Autobuses para apoyar a sus compañeros.
El relato del testigo clave ANCA en cuanto a la sucedido en la Central de Autobuses está borrado de los expedientes desclasificados, la narración se retoma cuando los normalistas ya van de salida pero ahora en cinco autobuses: dos Costaline, dos Estrella de Oro y uno Estrella Roja.
“Salimos de la Central sobre la calle Juan N Álvarez, a excepción del autobús Estrella Roja, el cual, salió por la calle Ignacio Manuel Altamirano sobre la avenida Periférico Sur”.
Los cuatro autobuses tomaron en caravana la calle Juan N Álvarez: al frente un Estrella de Oro, los Costaline en medio, y otro Estrella de Oro en la retaguardia; sin embargo, el chofer del primer autobús se desvió del camino por una calle desconocida.
Ataque
Tres autobuses siguieron en caravana pero sólo avanzaron unos metros, “se nos atravesó una patrulla de la Policía Municipal de doble cabina con batea, iban abordo cuatro policías, portaban uniformes y armas largas, cortaron cartucho como amenaza para dispararnos, fue entonces que un compañero normalista tiró una piedra sobre el parabrisas de la patrulla”.
Ante el ataque con piedras de los normalistas, la patrulla se retiró, y los tres autobuses siguieron su camino hasta un cruce de la carretera Iguala-Teloloapan, donde “se nos atravesó otra patrulla, bloqueaba el paso, un compañero se subió para quitarle el freno; en ese momento los policías municipales dispararon sus armas y le dieron en la cabeza a un compañero”.
Y continúa: “en ese momento El Güero, los Pelones y yo nos acalambramos, es decir, nos dio miedo”. Después de ahí todo fue un caos, según el relato del testigo protegido ANCA, ante los disparos, los normalistas descendieron de los autobuses, algunos corrieron, otros se resguardaron debajo.
ANCA revela que en el tercer autobús, donde viajaba el líder de los estudiantes conocido como El Cochiloco, se concentró el ataque de los policías, “intentamos bajar a los compañeros, ante ello, los policías municipales nos dispararon; después, la policía los bajó de ese autobús y les dijo que se tiraran al suelo boca abajo”.
“Nosotros gritabamos a los policías que dejaran de disparar, que nosotros éramos estudiantes, no teniamos armas”. A las 23:00 horas llegaron otras camionetas con hombres encapuchado mezcaldos con más policías, “me percaté que a los compañeros que los policías bajaron del autobús Estrella de Oro los estaban subiendo a las patrullas y recogían del suelo los casquillos”.
Los dejan ir
Minutos después, “un policía municipal se nos acercó y nos dijo que agarraramos el autobús y nos fuéramos”. Por miedo ante otro ataque, los normalistas a los que deliberadamente los policías dejaron ir, se dispersaron a pie y por rumbos distintos.
La mayoría de estudiantes fueron ayudados por normalistas del Centro Regional de Educación, los llevaron a sus casas donde se refugiaron hasta el amanecer; después, “comenzaron a sacar a los compañeros de cinco en cinco a bordo de un vehículo de color blanco.
Ya en la mañana, indicó ANCA, él y otros normalistas salieron a buscar sus compañeros desaparecidos del autobús Estrella Blanca, en el camino, se toparon con otros estudiantes de los que iban a bordo del Estrella Roja, “nos dijeron que tuvieron una noche diícil porque los policías federales los bajaron del autobús y los municipales los anduvieron persiguiendo toda la noche”.