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Guatemala define Presidente en segunda vuelta electoral
CIUDAD DE GUATEMALA.- Un humorista conservador con un difuso proyecto parece encaminado a ganar hoy con comodidad la presidencia de Guatemala, en un balotaje con una exprimera dama izquierdista vinculada a la desprestigiada elite política del país.
Guatemala está inmersa en su peor crisis institucional por una ola de casos de corrupción que acabó derribando al mandatario Otto Pérez Molina, después de que cientos de miles salieran a las calles, hartos de los escándalos.
Sacando provecho de esa indignación, Jimmy Morales, un actor de 46 años poco conocido y sin experiencia política, se impuso con su discurso anticorrupción en la primera ronda y ahora es el favorito en los sondeos para la segunda vuelta contra Sandra Torres, la ex esposa del ex presidente Álvaro Colom (2008-2012).
“Ni corrupto, ni ladrón”, es el eslogan de Morales, que ha prometido una auditar desde el sistema de justicia hasta la policía y que ha apoyado las investigaciones de la fiscalía.
La fiscalía guatemalteca junto con la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), un organismo patrocinado por las Naciones Unidas, desmantelaron varias redes de corrupción que llevaron hasta Pérez Molina, quien se vio obligado a renunciar y fue arrestado el mes pasado acusado de liderar un multimillonario fraude aduanero.
“La mayor garantía de transparencia para mi Gobierno es mi mamá, porque ella no educó ladrones”, dijo ante empresarios el administrador y productor audiovisual.
Pero su escueto programa da pocas pistas sobre qué hará con la mayor economía de Centroamérica. Algunas ideas que lanzó provocan recelo, como poner dispositivos GPS a los maestros para controlar que dan clase, o revivir ante la justicia una vieja disputa territorial con la vecina Belice.
NO IMPROVISAR
A diferencia de su contrincante, Torres ha presentado un voluminoso programa de gobierno centrado en profundizar los programas sociales que ella misma diseñó en el Gobierno de su ex marido, entre el 2008 y el 2012, así como impulsar la recaudación de impuestos y crear alianzas con empresas privadas.
“Es una buena persona (Morales), pero obviamente le falta experiencia, conocimiento de Estado y le falta plan de gobierno. El gobierno no se puede improvisar”, aseguró la aspirante de 60 años, licenciada en comunicación y empresaria textil, cuya campaña costó aproximadamente dos millones de dólares.