Anecdotario sobre la capacidad de amar

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Anecdotario sobre la capacidad de amar

A ti Issa y nuestros 27 años. 

Amar es un acto que nace de la divinidad, en su infinita sabiduría fue creada la herramienta para llegar al grado de felicidad, de creación y sentido.

La lección de la Biblia acerca del tema, lo enaltece, le da la necesaria legalidad y sutileza, para invadir al ser humano y su tendencia gregaria: “Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; ¡soy como una campana desafinada! Si no tengo amor, de nada me sirve hablar de parte de Dios y conocer sus planes secretos. De nada me sirve que mi confianza en Dios me haga mover montañas. Si no tengo amor, de nada me sirve darles a los pobres todo lo que tengo. De nada me sirve dedicarme en cuerpo y alma a ayudar a los demás. El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable. El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie. No es orgulloso. No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho. 

No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad. El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo. Sólo el amor vive para siempre. Llegará el día en que ya nadie hable de parte de Dios, ni se hable en idiomas extraños, ni sea necesario conocer los planes secretos de Dios. Cuando llegue lo que es perfecto, todo lo demás se acabará.” Corintios.

La capacidad de amar es un acto de dar sin esperar nada a cambio, también implica cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento, todo en interdependencia.

En el amor, sus cómplices  triunfan si  toman las riendas de la propia autonomía emocional junto y al lado del otro, disfrute de su espacio en esta vida con respeto, sin ataduras que anulen el desarrollo de la personalidad. No se trata de dejar de ser yo, para que seas mejor tú, sino de que juntos crezcan, se fortalezcan y entonces compartan.

Dice Riso que el amor debe ir (ligero de equipaje, libre y vital), el mismo autor nos lleva a generar sus cuatro pilares: 1.- La confianza es básica. (La certeza de que el otro nunca te va a hacer daño intencionadamente, si no tienes esta certeza vas mal) 2.- La sensibilidad, (que fluya el deseo por el otro como un postre) 3.- La amistad. Ser compinches, cómplices, tener humor en común y ganas de proteger al otro 4.- El afán de cuidado hacia el otro, (que tu dolor me duela).

Doy vuelta al sintonizador de la radio y aparece Ismael Serrano que canta, parecería  que en tu dedicatoria:

“Descansa mi bien sin prisas /que la mañana te espera /medialunas en la cama / y en la sonrisa una estrella. / No caben todos los besos /en esta corta chacarera. /Se ha enredado en tu cabello / un ciclón de mariposas. / Sales radiante a la calle / y la ciudad se transforma. / Caminas y las aceras / se deshacen gaseosas. / Detrás de cada arcoiris, / detrás de cada milagro, / despierta un gorrión mecido /en el hueco de tus manos. / Te observo mientras te arreglas / y el mundo te está esperando”.

Me gusta más definirlo en su concepto de amor digno, ese que  se alimenta de aceptación y de comprensión, no de tolerancia. Las relaciones fundamentadas eliminan las jerarquías y se convierten en relaciones de tipo horizontal y de esa manera es imposible que exista la sumisión.

Porque supe que el amor, no despeja su fórmula, requiere de esfuerzo, de sentimiento, de voluntad y de ese latir permanente del costado izquierdo.

Escogimos el otoño para iniciar nuestro juego, recuerdo que un diluvio cayo al salir de la iglesia, después la luna se asomó como testigo de un largo beso.

No estoy seguro en que preciso momento inicio esa complicidad con Isabel, a quien cada día veía reflejada en todos los espejos, las formas y los sueños, sin embargo estoy muy cierto que hace 27 años iniciamos una aventura que nos lleva de la mano a todas partes, en una comunión.