Ricardo Monreal intenta ser detenido en la PGR

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Ricardo Monreal intenta ser detenido en la PGR

La semana ha sido un torbellino para Monreal. Foto: Cuartoscuro
El delegado de Cuauhtémoc se puso a disposición de las autoridades por la acusación del PRD sobre el 1.5 millón de pesos

MÉXICO.- Agitado, cargando una mochila negra llegó a la Procuraduría General de la República. Con rostro apesadumbrado, sin corbata, el doctor en Derecho, Ricardo Monreal iba “a ponerse a disposición”.

Nadie se lo pidió, nadie lo acusó directamente, ninguna dependencia de seguridad lo buscaba, no había orden de captura girada en su contra, pero llegó cerca de las 13:00 horas a las oficinas de la PGR en Paseo de la Reforma a que alguien lo apresara.

El pasado miércoles, el presidente del PRD en el Distrito Federal, Raúl Flores, acudió a la misma PGR a ingresar una denuncia por el “uso indebido de recursos de dudosa procedencia” contra quien resultara responsable por la manipulación y depósito de dinero en cuentas de la delegación Cuauhtémoc.

El dinero había sido entregado el martes en el segundo piso de la jefatura delegacional a la secretaria del propio Monreal.

Rodeado de reporteros el jefe delegacional en Cuauhtémoc planeaba su futuro antes de entrar al edificio del que, aseguró, tal vez ya no saldría.

Con el Jefe de Gobierno, nos reuniremos pronto… Si salgo de esta”, “a ver si puedo salir”, lanzó Monreal.

La semana ha sido un torbellino para Monreal. El viernes 9 denunció la aparición de carteles en que se le amenazaba de muerte. Los carteles fueron retirados por su personal. Ya no servían como pruebas para investigar el delito de amenazas.

El martes 13 denunció la entrega anónima del millón y medio de pesos, sin embargo, en lugar de iniciar una denuncia ordenó a su personal manipular el dinero y contaminar las pruebas del posible delito.

El propio jefe de Gobierno le recriminó: “debió denunciar”.

Antes de ingresar a la PGR, había denunciado que en su oficina su antecesor había montado un equipo de espionaje con una mini cámara, tres micrófonos de mediano alcance y una tableta.

En lo que pudo ser su último momento de libertad, se dijo “hombre de fe” que no sentía temor y que está acostumbrado a la adversidad.

Monreal quien se dice creyente en “el gran arquitecto del universo”, aseguró que en la actividad a la que se dedica, la administración pública, la política, son normales “las miserias humanas, las envidas, los golpes”.

Monreal traspasó las rejas de la PGR, alcanzó a voltear hacia la calle, “a ver si salgo de esta”, dijo. Desde la acera le prometieron cigarros.

En su maleta llevaba ropa, un ejemplar de La Sexta Extinción, de la escritora y periodista estadounidense Elizabeth Kolbert; y México 2042 Futuro Para Todos.

Monreal tardó diez minutos en salir de la PGR, cargando su mochila con su muda de ropa y libros. La PGR, dijo sorprendido, no lo buscaba.

Celebró su libertad con comida yucateca en El Sazón de Lolita, en la Santa María La Ribera.