'Desaceleración mundial alcanzará a EU'

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'Desaceleración mundial alcanzará a EU'

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En Estados Unidos el informe de empleo fue decididamente débil, mientras que la evidencia continúa sugiriendo que el sector industrial estadounidense tiene dificultades producto de un dólar fuerte y una demanda débil en el exterior.

Por RUSS KOESTERICH*

Después de luchar durante un tercer trimestre especialmente malo, en el cual se evidenciaron caídas en las acciones que llevaron a una pérdida de 10 mil millones de dólares en la capitalización de mercados bursátiles mundiales, los inversionistas se debieron enfrentar la semana pasada a la desagradable tarea de digerir otro conjunto de datos económicos atenuados.

En Estados Unidos el informe de empleo fue decididamente débil, mientras que la evidencia continúa sugiriendo que el sector industrial estadounidense tiene dificultades producto de un dólar fuerte y una demanda débil en el exterior.

Las inquietudes sobre la salud de la economía mundial crecen y se manifiestan de varias formas. En primer lugar, el Índice de Estrés Financiero Global (Global Financial Stress Index), alcanzó recientemente su nivel más alto desde el verano de 2012. Con una creciente aversión al riesgo entre los inversionistas, llamado coeficiente beta alto, continúan sufriendo las categorías de impulso más volátiles. Además, han estado cayendo recientemente las rentabilidades derivadas de acuerdos relacionados con fusiones y adquisiciones.

Mientras luchaban las acciones, cayó la rentabilidad de los bonos y subieron los precios. Durante gran parte de las últimas semanas, las rentabilidades se mantuvieron bajas a causa de una pronunciada caída en las expectativas respecto de la inflación estadounidense.

El viernes pasado, se aceleró la caída de rentabilidades luego de darse a conocer el informe atenuado y desalentador del mercado laboral de Estados Unidos. No solo estuvo la cifra de septiembre casi 50,000 unidades por debajo de las expectativas, sino que también las nóminas de agosto arrojaron números bajos.

Además, se mantuvieron inalterados los salarios por hora y decayó la tasa de participación en la fuerza laboral a su nivel más bajo desde 1977.

Continuamos considerando que no habrá una recesión en Estados Unidos próximamente, pero está quedando claro que el país no es inmune a la desaceleración global. Es muy posible que el crecimiento durante el segundo semestre sea considerablemente más lento que el 4% aproximado que evidenciamos en el segundo trimestre. La perspectiva más pesimista de la economía, que desalienta las expectativas de un aumento por parte de la Reserva Federal, también contribuye a la disminución de la rentabilidad a corto plazo.

Es posible que los inversionistas estén percibiendo que “se está repitiendo la historia una vez más”, como lo dijo Yogi Berra, quien falleció recientemente. Como hemos visto en años recientes, en un mundo donde la Reserva Federal mantiene las tasas ancladas en cero, las acciones se benefician únicamente porque se comparan favorablemente en relación con el efectivo y la insignificante rentabilidad de los bonos. Nos encontramos en un ambiente en donde algunos temas antiguos, como las acciones que generan renta, vuelven a ponerse de moda a medida que los inversionistas se preparan para una racha aún más larga de tasas “bajas por mucho tiempo”.

*Director administrativo, estratega principal de Inversiones Globales de BlackRock y para iShares de BlackRock
Para Mundo Ejecutivo