No más huérfanos digitales
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No más huérfanos digitales
Cuando un hijo recién sale del vientre de su madre y comienza a conocer el mundo exterior, sigue buscando el único mundo que el conoce desde su concepción: su madre. Y es que hemos olvidado que el mundo que conciben nuestros hijos comienza desde el seno y desde ahí se forma todo. Aún con el paso de los años, los hijos necesitan de la madre para reforzar su identidad y crear un concepto de si mismos en todos los aspectos.
Hace apenas unos años, jamás imaginaríamos que un dispositivo electrónico, iba a ser el causante de la pérdida del vínculo afectivo entre madres e hijos o, lo que es peor, la ausencia de responsabilidad para cuidarlos. La cultura tecnológica actual está diversificando la forma de relacionarnos y comunicarnos. Estamos gran parte del día pegados al celular y a las redes, al Facebook, Twitter, Pinterest, pero desconectados de las relaciones personales. El Smartphone es parte fundamental de la vida diaria, pero es una realidad que el uso del celular nos distrae y muchas madres/padres ignoramos a nuestros hijos, creando una brecha entre la relación interpersonal más fuerte de la familia.
Un huérfano es un niño cuyos padres están ausentes. Los niños que viven desatención por el uso de los celulares, son denominados hoy en día cómo “huérfanos digitales”. Meg Meeker, afirmaba que hoy existe una epidemia de orfandad. Nuestro país sufre una orfandad paterna y materna: hombres y mujeres que procrean hijos, desaparecen y descuidan su importante papel, muchos llevan una vida desesperadamente vacía y por lo tanto no ofrecen significado a la vida de otra persona. De la misma manera, existen los hoy “huérfanos digitales”, en los que aparentemente la madre está presente pero está ausente.
La campaña “No más huérfanos digitales” fue diseñada para crear consciencia y un llamado de atención a las madres, del impacto tan grande que tiene en los niños el que la madre esté en el celular. Y en ocasiones no es sólo la mamá, sino el papá, y los dos al mismo tiempo, los que están con los ojos en el celular pero sin conectarse entre ellos cómo familia.
El equipo de “No más huérfanos digitales”, conformado por Vanessa Filella, Gabriela Guzmán, Betty Mata, Marielisa Márques, Jenny Carvajal, Mariegiselle Carrillo y Nuno Acosta, acudió un centro comercial y seleccionaron a madres que iban con sus hijos. Les invitaron a ser parte de una investigación y se les pidio que la madre escuche a sus hijos y comience a escribir en el celular lo que los niños les van diciendo. Los niños comienzan a decir cosas muy hermosas, “Quisiera que todos nos fuéramos de vacaciones”, “Quiero que me mires a los ojos cuando te hablo sin mirar el celular”, “No quiero que contestes llamadas, correos o mensajes cuando estés conmigo, me aburro y me siento solo”, “Mamá me siento perdido, te necesito y te amo”. La mayoría de las mamás comenzaron a llorar y a darse cuenta de que se están perdiendo de lo más valioso que pueden tener en sus vidas: el tiempo y la infancia de sus hijos. Cuando estamos en el celular, creemos que no se dan cuenta, que es sólo un mensaje, es sólo un minuto… pero rompemos toda comunicación con quienes tenemos alrededor. Es importante que cómo madres y padres nos adentremos a esa mente de nuestros pequeños e imaginemos lo que ellos sienten. ¿Cuánto tiempo de calidad realmente les doy? ¿Cuántas veces al día lo miro a los ojos? ¿Mis comidas con él son sin teléfono, tablet, televisión? ¿CÓMO SE SIENTE MI HIJO?
No se trata de no ver los mensajes, no contestar o no estar en contacto por las redes sociales, sino de hacer un buen uso de ellas y darle la calidad de tiempo a cada cosa. Es alarmante que cómo mamás estemos más preocupadas por subir una foto a las redes del momento tan increíble, en vez de gozar el presente de los que tenemos en frente. ¿Por qué buscamos el reconocimiento? ¿El demostrar que estamos en todo? Acaso va inmersa una carencia afectiva personal que nos hace querer estar en el celular para demostrar qué somos hábiles y tenemos tiempo para todos y estar en todo. Soltemos la demanda social y actual de estar informados, y enfoquémonos en estar presentes en la vida de los que más queremos. La sociedad del futuro la estamos construyendo con nuestros niños. Si no estamos presentes, no esperemos tenerlos cerca en unos años ni esperemos que ellos sepan conectarse con los demás, porque eso lo aprenden de nosotros.