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El mexicano 'más salado' que asistió a Rusia
Asistir a una Copa del Mundo debe ser una experiencia gratificante pero el aficionado mexicano, Luis Enrique Jiménez, ha sufrido durante su estancia en Rusia.
El fanático regio, afirma que ha tenido en Rusia una aventura digna de una película de terror, pero todo se ha acomodado para ver los dos primeros juegos de la Selección Mexicana.
"La historia de este viaje comienza desde mucho antes, han pasado varias cosas, primero perdí el vuelo de Milán a Moscú, un día antes de la inauguración, agarramos un tren y sí agarré un vuelo y llegué a la inauguración", relató al Diario Cancha.
Después, un accidente en carretera impidió que el grupo tomara un vuelo de avión. Llegaron tarde y tuvieron que alquilar un camión que les costó más de 65 mil pesos.
Ya en carretera, se les ponchó una llanta, sin embargo pudieron llegar al partido.
"Sabía que sería una aventura este viaje. Ando solo, pero vengo en un tour de varias personas. Pagamos un tour bastante caro, pero jamás me imaginé que pasaran tantas cosas".
Llantas ponchadas y vuelos perdidos no ha sido lo peor que le ha pasado al regiomontano. Tuvo que ser operado de emergencia por un problema en el estómago.
"Al llegar a Moscú de Rostov me comenzó a doler el estómago y pues tuve que marcar a un número de emergencia, vinieron y me dijeron que tenían que llevarme al hospital, y ya acá me dijeron que tenían que operarme, que en menos de 12 horas lo tenía qué hacer sino podía morir".
Ahora, Luis Enrique está en una de las camas del Hospital NII Skoroy Pomoshchi en espera del alta médica para volar por la noche a Ekaterimburgo y apoyar al Tricolor en su último duelo de la fase de grupos ante Suecia. También es su cumpleaños, uno completamente diferente a como lo había planeado sin embargo la fe lo mantiene con vibra positiva